En verano, gran cantidad de hogares sufre de olas de calor debido a que la temperatura y la humedad se elevan. En muchas ocasiones, la conductividad de los muros o filtraciones de aire exterior imperceptibles son causantes de variaciones en el clima interior. Implementar sistemas de aislamiento, tratamiento o aprovechamiento de la luz solar es una opción de gran eficacia.
Redacción.
En la actualidad, existen aislantes que pueden utilizarse en diferentes tipos de construcciones; por ejemplo, lanas minerales, plumas de pato, lana de carnero, fibras de madera, entre otros. Dichos materiales pueden emplearse para mantener un ambiente agradable y sin ruido en el interior de una edificación.
Con la nueva cultura verde han surgido diferentes alternativas que respetan el medioambiente, por lo que, para decidir entre uno y otro, es necesario tomar en cuenta la calidad, naturaleza, método de colocación y el tipo de aislante más viable para el proyecto.
Instalar ventanas especiales
Contar con ventanas de doble vidriado térmico ayuda en gran medida a mantener una temperatura adecuada, debido a que cuentan con baja transmisión de calor y bajo factor solar; si no es posible acondicionarlas a la construcción, se puede optar por ventanas con rotura de puente térmico, pues sus estándares de rendimiento son mayores. Además, se recomienda dar mantenimiento cada cierto tiempo a las tiras de los cierres, para evitar que se deterioren con el paso del tiempo.
Ventilar el inmueble por la mañana y por la tarde de manera natural
Esta actividad debe realizarse, de preferencia, de modo que se generen corrientes de aire para permitir la ventilación cruzada; al hacer esto, se debe de cuidar la dirección del aire, pues es necesario evitar la entrada de aire cálido.
Aislar el suelo
Una constante en la pérdida energética de las construcciones es el suelo, ya sea porque se encuentra en contacto con el terreno, el exterior o con locales sin calefacción. Para evitar esta situación es recomendable utilizar materiales de aislamiento, como suelos secos, que incorporan aislamiento térmico en sus placas y reducen notablemente las pérdidas de energía. También existe la opción de instalar suelos elevados que crean una cámara de aire que actúa como un efectivo aislante; aunado a su rápida instalación, muchos de ellos suelen ser placas modulares, lo que permite intercambiarlas. Antes de instalar este tipo de materiales se aconseja consultar la normativa urbanística de la zona, así como la disposición de espacio.
Instalar Equipos solares
Se puede aprovechar la luz del sol para calentar agua. En la actualidad, existen diversos sistemas de este tipo que es posible instalar en pequeñas obras y en grandes proyectos. También, optimizar el uso de agua caliente durante la temporada de calor mediante equipos con características termosolares permite evitar consumos innecesarios de energía. De igual manera, contar con un buen sistema de aislamiento en la red de tuberías suprime el calor que emana el agua al momento de pasar por ahí, lo que mantendrá una temperatura agradable en la edificación.
Implementar muros verdes o tener plantas en el interior
Cuando el agua se evapora se reduce la temperatura ambiental. Este fenómeno puede simularse con la colocación de plantas y maceteros en las ventanas, pues éstas provocarán una película de frescor que el aire esparcirá por la habitación en la que se encuentren. Las enredaderas representan una buena alternativa si no se cuenta con espacio en los inmuebles, al igual que la implementación de muros verdes, pues también aprovechan gran parte de la radiación solar para procesos fotosintéticos, la cual de otro modo recaería totalmente sobre los muros exteriores.
Alejar el entorno de fuentes de calor
Una manera eficaz de reducir la temperatura en los interiores es evitar usar luces y aparatos electrodomésticos, pues este tipo de productos emiten calor. Esto puede evitarse al abrir cortinas o persianas para que entre luz natural. Si es preciso utilizarlos, lo recomendable es hacerlo durante la mañana y la noche para equilibrar el calor que se genere.
Adquirir un sistema de aprovechamiento de luz natural, cuando sea posible, que regule el nivel de iluminación en función del aporte de luz natural evitará la necesidad de instalar muchas bombillas.
Reducir el consumo de aire acondicionado
La temperatura ideal al emplear estos sistemas ronda los 26 grados centígrados. Usarlo de forma adecuada ayudará a tener un ahorro de hasta 30 por ciento; además, dar mantenimiento a la instalación es de suma importancia, pues evitará que el polvo debilite el rendimiento del equipo.
Cerrar puertas
Una herramienta que mejorará notablemente el rendimiento es el burlete para puertas, pues si están en contacto con el exterior pueden detener la salida de energía. Ahora bien, si las puertas están en el interior, se puede optar por mantenerlas abiertas o cerradas, dependiendo del sistema de climatización con el que se cuente y cómo esté instalado, pues, si en algunas habitaciones se cuenta con él y no se desea que la temperatura fría se traslade a otras, lo ideal es cerrar las puertas; eso dependerá de las necesidades de cada usuario.
Aislar techos y muros
Para asegurar que el calor no entre por techos y paredes una buena opción es aplicar materiales aislantes, los cuales pueden adquirirse con bastante facilidad. Estos pueden ser pinturas que reflejen la luz, fachadas con doble hoja a base de materiales aislantes o cámaras de aire.
El uso de plumas es también muy común, pues presentan gran capacidad para almacenar aire, lo que las coloca como alternativa viable para fines de aislamiento. Las plumas de pato son buenas reguladoras de la humedad, ya que la absorben cuando hay demasiada y la restituyen de manera progresiva; se usan principalmente en paredes y tejados. Este material es comercializado en forma de rollos blandos y paneles semirrígidos, formados por 70 por ciento de plumas, 20 por ciento de fibras textiles y 10 por ciento de lana higienizada; resulta muy útil por su elasticidad y homogeneidad.
La decoración de interiores es muy importante
Decorar las habitaciones con muebles que favorezcan una temperatura agradable es una gran opción; por ejemplo, los muebles de madera ayudan a regular la humedad de las habitaciones, mientras que las alfombras impiden la disipación de calor. Sofás fabricados con materiales naturales como lino y algodón, también representan una buena alternativa frente a los que están hechos con materiales sintéticos. Además, se debe optar por colores claros, ya que permiten reflejar mejor la luz.
Usar lanas aislantes
El uso de este material es cada vez más popular. Pueden encontrarse algunas fabricadas con minerales o piel de carnero, y significan una protección térmica natural y en la gran mayoría de los casos también acústica. Regularmente se comercializan en paneles, rollos, colchones y a granel; desde materiales como vidrio, hasta roca. En el primer caso, su flexibilidad permite compensar las irregularidades de la construcción, mientras que con la lana de roca ofrecen mayor rigidez, resistencia y estabilidad a los muros.
Los aislantes a base de lana de carnero pueden absorber hasta 33 por ciento de su peso en humedad sin que sus características resulten afectadas. También se comercializa en forma de rollos, pero se puede elaborar como madeja de lana, usualmente utilizadas para rellenar huecos en ventanas y puertas.
Utilizar cáñamo y lino como aislantes
Una gran opción para aislar la humedad es el uso de cáñamo y lino, fibras naturales que además sirven para evitar la entrada de ruido y calor a los interiores. El lino absorbe la humedad y la va reponiendo en función de la temperatura y la higrometría; es decir, las variaciones de la humedad en el ambiente. Se puede encontrar en rollos, placas y paneles.
En el caso del cáñamo se puede usar principalmente para evitar el ruido exterior, pero también como aislante térmico. Es un material ignífugo, hidrófugo y no se pudre con facilidad. Puede encontrarse igualmente en forma de rollos y paneles.
Usar materiales derivados de la madera
Las fibras, corchos o la celulosa poseen gran capacidad aislante. Las fibras se adquieren en copos a granel y paneles rígidos, los cuales se obtienen de los residuos de serrerías que se humidifican, prensan y secan, convirtiéndolos en una especie de lana de madera reciclable.
El corcho se obtiene de la corteza renovable de los alcornoques, es indeformable, resistente a la comprensión, no se pudre, es ligero y muy resistente al fuego.
Finalmente, los aislantes a base de celulosa se usan como aislante térmico y acústico.
————————————————————————————————————————————————-
Fuente: http://www.ecoconstruccion.net