A principios de la década pasada se desarrolló el primer proyecto en Europa que se sirve de contenedores marítimos para dar vida a un proyecto constructivo reciclado. Siete años después del primer impulso, la ciudad de San Andrés Cholula, Puebla, se convirtió en depositaria de un ejemplo más de esta iniciativa que busca aprovechar al máximo los materiales reciclados para edificarse.
Aprovechamiento. En el proyecto Container City en Puebla se empleó más de 50 por ciento de material reciclado para su desarrollo.
Christopher García / Fotografías: cortesía de Container City Puebla.
A sólo dos horas de la Ciudad de México, la ciudad de Puebla, recordada por la defensa histórica del general Zaragoza, engloba en su demarcación grandiosas muestras de arquitectura colonial, catedrales comparables con las más sobresalientes del país, así como los vestigios arqueológicos de Cholula, representantes de la arquitectura prehispánica en México y cuya pirámide principal merece el reconocimiento como la más grande de las civilizaciones precolombinas.
En 2007, a la variedad histórica de edificaciones señeras vino a sumarse un representante de las corrientes constructivas actuales con el desarrollo de Container City, un proyecto que emplea contenedores marítimos de desecho para edificar toda una comunidad de negocios, espacios culturales, restaurantes y cafeterías, bajo la idea de la sustentabilidad constructiva.
Origen. La construcción fue concebida por Gabriel Esper tras encontrarse con la iniciativa desarrollada en la capital inglesa
Antecedentes
La recuperación de contenedores marítimos para emplearlos como recintos prefabricados, sea para locales comerciales, casas habitación o como estudios o despachos, es una práctica con más de una década de historia en el viejo continente.
El primer representante de esta iniciativa, cuyo objetivo es aprovechar, tanto como sea posible, materiales reciclados en su composición constructiva, nació a principios de la década pasada (2001) en el Trinity Buoy Wharf, justo en el corazón de los muelles de Londres.
Con un tiempo de ejecución de sólo cinco meses, el proyecto original constaba de una serie de contenedores que se elevaban el equivalente a tres pisos de alto y en donde albergaban 12 estudios de trabajo en una superficie de 4 mil 800 pies cuadrados. El exitoso recibimiento de la propuesta exigió a los desarrolladores que añadieran un cuarto piso de estudios, por lo que en 2003 el crecimiento de Container City se había materializado.
La iniciativa comenzó a esparcirse por distintos puntos de Inglaterra y adaptada a distintos usos: un centro de diversiones para niños, centros de danza, recintos universitarios, entre otros espacios.
Desde entonces, el proyecto se ha diseminado por diversas partes de mundo, de tal suerte que Alemania cuenta con un exponente de esta iniciativa, al igual que México, en Puebla, e incluso ha alcanzado las regiones más remotas del planeta con uno de los proyectos más recientes localizado en la Antártica.
5 mil metros cuadrados albergan al conjunto de 50 contenedores marítimos recuperados que dan vida a Container City Puebla
El proyecto en Puebla
Aproximadamente 15 minutos de distancia separan a la gran pirámide cholulteca de Container City Puebla, un representante más de la iniciativa de reciclaje de contenedores marítimos nacida en Inglaterra.
El proyecto en este lugar surgió tras un estudio sobre el desarrollo de ciudades dentro de las grandes ciudades del mundo. Sus desarrolladores, Gabriel Esper Caram, diseñador Gráfico por la Universidad de las Américas, y su socio Daniel Miguel se encontraron con la iniciativa en Londres, tras lo cual decidieron reproducir el concepto en México.
La idea del proyecto se basó en la creación de una especie de SoHo, Palermo o Condesa, lo cual se logró con el óptimo cuidado de los locatarios y de su magnífica ubicación. En principio, el concepto tenía todas las bases para ser un desarrollo gráfico (color, texturas, diseño de época, tipografía y ambientación), pero más tarde comenzó a tomar forma totalmente arquitectónica, al resaltar sus volúmenes, sombras y espacios secundarios.
Por otro lado, además de tratarse de un proyecto sumamente rentable en términos de costo beneficio, Container City en Puebla resulta ambientalmente amigable al emplear para su construcción más de 50 por ciento de material reciclado.
La construcción del proyecto mexicano comenzó a mediados de 2007, en un predio cercano a la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP), con el fin de captar al mercado joven. El desarrollo se extiende sobre una superficie de casi 5 mil metros cuadrados, para lo cual se aprovechó de manera concreta la reutilización de contenedores marítimos; mientras que parte de sus instalaciones, desde tuberías, decoración y pisos, están fabricados con materiales reutilizados, lo que constituye un gran aporte a la preservación del medioambiente. Se utilizaron aproximadamente 50 contenedores marítimos estándar, apilados entre sí para crear patios, calles y callejones, por donde visitantes y locatarios pueden transitar libremente.
Tras el apilamiento y acomodo de los contenedores, se procedió a las actividades de pintura y acondicionamiento, durante las cuales se instalaron luminarios, cocinas, áreas de comida y diversas características para adaptarlos a las necesidades del proyecto. Incluso, el sitio cuenta con un espacio abierto donde se instalaron mesas de pin-pon que pueden ser utilizadas por los visitantes.
Entre los negocios y espacios disponibles, el proyecto cuenta con presencia de galerías de Arte, restaurantes, bares, cafeterías, talleres de diseño, tiendas vintage, estéticas, panaderías, entre otros tipos de espacios para los visitantes del lugar, en donde se llevan a cabo presentaciones musicales y exposiciones, así como muestras de las últimas tendencias de gastronomía, música, diseño y moda.
Uno de los grandes logros del desarrollo fue el involucramiento de la comunidad cercana al proyecto, pues para las labores de construcción se crearon empleos temporales que recayeron en manos de los habitantes de los asentamientos cercanos. Todas las actividades de construcción, remodelación y mantenimiento de los contenedores fueron llevadas a cabo por la gente de la localidad, entre carpinteros, herreros, vidrieros, personal de servicios y proveedores, quienes habitan a unos cuantos minutos de distancia del desarrollo.
El horario de servicio del lugar es de lunes a sábado, de 10 am a 8 pm, y los domingos de 11 am a 6 pm. Aunque este proyecto fue pensado como un espacio comercial, para la exhibición de expresiones artísticas y el desarrollo de actividades de ocio, la iniciativa puede dar pie a la implementación de sus características en otro tipo de proyectos, como casas habitación, torres de oficinas o departamentales.
Su adaptación a este tipo de edificaciones podría representar una alternativa con el propósito de paliar el déficit de vivienda del país, aunque, según la ubicación del desarrollo, tendrían que buscarse elementos de aislamiento y adaptación a fin de cumplir con las características de habitabilidad necesarias de acuerdo con las regiones climáticas.
Sustentabilidad. Involucrar a la comunidad cercana al proyecto constituye uno de los grandes logros, pues para las labores de construcción se crearon empleos temporales que recayeron en manos de los habitantes de los asentamientos cercanos
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