Una óptima calidad de ambiente interior contemplará varios factores; uno de ellos, el del aire, puede servirse de los recursos naturales que estén a su alcance, ya que genera confort en los usuarios y reducirá los costos operativos de grandes edificios
Eréndira Reyes
La construcción de edificaciones sustentables contempla diversos aspectos novedosos que no sólo hacen más eficiente el uso de energía, sino que generan espacios sanos en los que se puede vivir o laborar de manera óptima.
En este sentido, es en el ambiente interior donde se logran incentivar la creatividad y productividad de los usuarios. A grandes rasgos, el aire que circula en estos espacios debe ser renovado constantemente, el uso de fertilizantes, equipos de oficina, muebles, pinturas y materiales tendrán que ser los ideales para lograrlo.
¿Ventilación natural?
Una de las opciones que aprovecha los recursos naturales es la ventilación natural, que no se trata únicamente de colocar ventanas en los inmuebles, sino de un proceso de estudio arduo en el que es necesario calcular las corrientes de aire, la iluminación existente, los flujos de aire al interior y la cantidad de partículas exteriores.
“La arquitectura vernácula es un excelente antecedente en este tema, pues las evidencias en edificios históricos o pirámides comprueban que hay mucho por conocer e investigar antes de emprender un proyecto. Destacan ese tipo de construcciones porque en esos momentos no existía la tecnología que hay actualmente, y si no se tenían bien identificadas las características básicas, como posición solar, corrientes de aire, entre otros, el edificio quedaba mal”, apunta la arquitecta Alicia Silva, fundadora de Revitaliza Consultores.
A nivel mundial se han realizado diversas investigaciones acerca de la rentabilidad en la ventilación natural, y México es uno de los países que presenta mayor potencial, muestra de ello es la arquitectura bioclimática.
En el país también ha avanzado el uso de materiales alternativos, como los relacionados con la ventilación natural; por ejemplo, las estructuras de tela que con un diseño, ingeniería, fabricación e instalación adecuados podrán garantizar su solidez.
Gran parte de las estructuras de la membrana de tela están compuestas de tejido real en lugar de mallas o películas. Por lo general, el tejido es revestido y laminado con materiales sintéticos para una mayor resistencia, durabilidad y entereza ambiental.
Los materiales más utilizados son el poliéster laminado o recubierto con cloruro de polivinilo y las fibras de vidrio tejidas recubiertas de politetrafluoroetileno. Hoy en día ya existen otro tipo de materiales más orgánicos que no sólo hacen que la ventilación natural sea más sencilla de llevar a cabo, sino que también generan ambientes más óptimos en el interior de las edificaciones y menores costos.
Entre dichos materiales se encuentran el bambú y las fibras naturales prefabricadas con desperdicios naturales o algodón, que con el uso de alternativas para el cuidado del aire que entra al interior con filtros logrará un ambiente óptimo.
En su experiencia evaluando edificios, la arquitecta Silva se ha encontrado proyectos terribles en los que ha realizado retrocomisionamiento y se ha encontrado con sistemas HVAC muy malos. “Hemos llegado a oficinas donde se tienen manejadoras de aire, pero sin filtros, por lo que las partículas de polvo, los metales pesados y demás gases que están al exterior de los edificio entran y contaminan el ambiente”, señala.
El estándar Leadership in Energy and Environmental Design plantea el uso de filtros tipo MERV con un contador de partículas de, por lo menos, un nivel ocho en instalaciones donde se realizan tareas comerciales o industriales. Esto significa que el particulado en el interior no puede rebasar las diez micras y debe contar con filtros plegados o tackified.
Enfriamiento de uso extendido
La ventilación natural resulta significativa porque se debe entender que cuando se vive en una ciudad, los habitantes se encuentran la mayor parte del tiempo en un ambiente cerrado. Ya sea que el edificio sea público o se trate de una residencia, la calidad ambiental existente en el interior debe ser operada con cuidado y tomar en cuenta que la productividad y salud de los inquilinos no está en juego.
Según los expertos, se trata de una estrategia de enfriamiento pasivo más eficiente y de uso más extendido. Por supuesto, su aplicación cobra mayor relevancia en los lugares en los que durante todo el año, o parte de él, se tienen temperaturas elevadas.
En su forma más simple, implica permitir el ingreso y la salida del viento en los espacios interiores de los edificios, una estrategia que se conoce como ventilación cruzada. Sin embargo, esta condición no siempre es factible, ya sea porque el viento es demasiado débil o porque la configuración de los edificios y / o su entorno reducen significativamente su fuerza. Por otro lado, las condiciones del aire exterior, como la temperatura, la humedad relativa y el nivel de pureza no son siempre los más adecuadas.
Ante ello, diversas culturas han desarrollado técnicas para hacer más eficiente la ventilación natural como medio de enfriamiento. Algunas estrategias buscan amplificar las tasas de ventilación, mientras que otras se enfocan en cambiar las condiciones del aire que ingresa a los edificios. Desde luego, es posible combinar ambos objetivos.
Alicia Silva indica que “el movimiento del aire obedece casi siempre a fenómenos convectivos, los cuales, a su vez, derivan de desequilibrios térmicos provocados por la distribución desigual de la energía calorífica, relacionada, principalmente, con la radiación solar. Los vientos dominantes en el sitio son flujos de aire generados a gran escala por tales fenómenos. Ya en la escala del edificio, podemos afirmar que la ventilación natural suele basarse en dos estrategias básicas: la captación y el aprovechamiento de los vientos del sitio y la generación de fenómenos convectivos a pequeña escala (vientos interiores). Existen sistemas de ventilación natural que emplean ambas estrategias de manera simultánea o alternada.
Ventilación cruzada
Consiste en instalar aberturas estratégicamente ubicadas, con el propósito de facilitar el ingreso y la salida del viento a través de los espacios interiores, donde los vientos dominantes son un elemento fundamental. El método implica generar aberturas en las zonas de alta y baja presión de viento de la envolvente arquitectónica.
Ventilación vertical
Si bien la ventilación cruzada es la estrategia más simple y económica para lograr una ventilación natural eficiente, resulta bastante común, sobre todo en zonas urbanas densas, que las características del entorno la dificulten en gran medida.
Lo anterior debido a que las obstrucciones cercanas pueden hacer imposible el aprovechamiento de los vientos locales a través de aberturas convencionales. En esos casos se puede utilizar una serie de estrategias de diseño, las cuales también pueden aplicarse cuando la ventilación cruzada es factible, con el único fin de hacerla más eficiente.
La característica común de los sistemas de ventilación vertical es que involucran el uso de espacios o dispositivos de altura considerable, generalmente, bastante mayor que la de los espacios anexos a los que sirven, que refuerzan los flujos verticales de aire en el interior de los edificios. Su funcionamiento podría clasificarse según cómo aprovechan:
- Las presiones provocadas por los vientos locales, cuyo efecto aumenta con la altura
- Los flujos convectivos de aire provocados por las diferencias de temperatura, que suelen presentarse en espacios de gran altura
- Ambos factores de manera simultánea
En términos de dispositivos arquitectónicos, se puede hablar de tres sistemas básicos: las torres captadoras, las torres de extracción y los atrios ventilados. Según el caso, se podrán instalar este tipo de sistemas dependiendo del espacio por ventilar.
El único requisito para la recirculación de aire es cuidar que el aire que circula no se encuentre contaminado, si bien es cierto que únicamente por estar en un edificio con más personas provoca una generación de partículas impresionante, debido al exceso de partículas de ropa, polvo y demás gases naturales que expira el hombre. Cuando existe una alta tasa de aire recirculado puede resultar muy eficiente y apoyar en los objetivos de calidad de aire.
El diseño y la edificación de un inmueble solicitan más requerimientos cada vez; es necesario respetar la fachada y la envolvente, por ejemplo; asimismo, hay limitantes en la ventilación natural, pero esto no hace imposible conseguir un buen proyecto.
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