El capital generado por cada individuo puede tener diversos fines, por lo que es factible resguardarlo o invertirlo en algún proyecto u oficina bancaria. Conocer la diferencia y las ventajas entre dichas opciones ayudará al usuario final a elegir la más conveniente
José Juan Ramírez
Ahorro e inversión son términos que comúnmente pueden confundirse, ya que su base es la misma: el dinero de una persona. Sin embargo, cada uno presenta una finalidad distinta. En este sentido, la educación financiera desempeña un papel fundamental como herramienta de apoyo para llevar a cabo de manera exitosa cualquiera de los dos procesos.
El primer término se refiere a guardar parte de nuestros ingresos con el propósito de usarla en el futuro; mientras que el segundo es la cantidad de dinero que se tiene ahorrada para aumentarla y posteriormente usarla.
El ahorro cumple una función de atesoramiento, la cual no garantiza la generación de una ganancia; mientras que con la inversión es posible obtener dinero extra.
Esencialmente, según la Comisión Nacional para la Defensa de los Usuarios de las Instituciones Financieras (Condusef), se debe ahorrar en mecanismos formales, ya que las instituciones financieras cuentan con mecanismos de protección que protegen el capital; de manera adicional, ofrecen rendimientos, que si bien no son muy altos, garantizan seguridad a través de un contrato que respalda al usuario; así como un organismo gubernamental, como es la misma Condusef, que defiende y aboga por los derechos de usuarios o clientes de las instituciones financieras formales.
Por un lado, el Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB) es el encargado de proteger el dinero de los ahorradores a través del seguro de depósito, que garantiza los depósitos bancarios hasta por 400 mil Unidades de Inversión (UDIS).
Si los ahorros están depositados en Sociedades Cooperativas de Ahorro y Préstamo, en la Sociedad Financiera Popular o en la Sociedad Financiera Comunitaria también se encuentran protegidos por el Fondo de Protección por una cobertura equivalente a 25 mil UDIS.
Diferencia entre ahorro e inversión
En términos generales, se puede considerar al ahorro como aquella cantidad de dinero que no se gasta hoy para disponer de él en un futuro. Lo más importante en este sentido es que el capital, sin importar la forma como lo resguarde, mantenga su poder de compra durante el tiempo que se reserve antes de gastarlo.
- Ahorro = $ guardo hoy > gastar futuro
- $ Hoy > Compre lo mismo en el futuro
Las modalidades para ahorrar dinero pueden ser muy variadas, desde usar una alcancía, hasta participar en tandas o recurrir a un banco; aunque es importante resaltar que la elección de cualquiera de dichas opciones tendrá repercusiones importantes al momento de querer disponer nuevamente del capital para adquirir un bien o servicio.
No obstante, las formas de ahorro son múltiples, y aunque fomentar que los niños ahorren en una alcancía es una buena iniciativa, no es la mejor forma de hacerlo cuando se llega a cierta edad, porque a través de este método no es posible preservar el valor del dinero, únicamente se resguarda, al igual que otras alternativas, como una chequera o cuentas de ahorro.
Por ello, si se desea preservar el valor del dinero, se requieren alternativas que faciliten el resguardo y la preservación del valor de éste. En tal sentido, los pagarés bancarios son instrumentos que permiten lograr ambos objetivos: a la vez que se resguarda el dinero, se paga un interés que fortalece su poder adquisitivo durante el periodo de tiempo que se determina al ahorrarlo.
- Pagaré = $ guardo hoy preserva valor
Las tasas que pagan los instrumentos de ahorro estarán, por lo general, cercanas a la inflación para que se justifique la disposición a resguardar dinero en un banco y olvidarse del “cochinito”. Este tipo de instrumentos pactan una tasa predeterminada por un plazo definido.
- Preservar = inflación tasa %
El riesgo de mantener el ahorro en dichos instrumentos está relacionado al banco que emite el pagaré. En términos generales, en México la solvencia de los bancos hoy en día es alta y por arriba de la de otros países, a raíz de las medidas adoptadas a partir de la crisis de 1995.
Cabe mencionar que los depósitos en los bancos comerciales cuentan con un seguro de depósito del IPAB, que garantiza devolver los depósitos iniciales más intereses. Esto sólo hasta determinada cantidad y no como comúnmente se piensa de todos los recursos; en el resto del dinero siempre existirá la posibilidad de no recuperar el capital inicial ahorrado.
¿Qué opciones existen?
¿Cuáles son los objetivos y horizontes de una inversión, así como el nivel de tolerancia al riesgo? ¿Cómo se relacionan tales temas con los rendimientos? ¿Cómo avanzar “escalón por escalón” en la construcción de un portafolio de inversión? ¿Es buena idea invertir? Seguramente esta idea surge a partir de los ahorros que se tienen y que se pueden poner a trabajar, por lo que un inicio se trata de la búsqueda de opciones para que se gane más dinero. Para tener una idea, se puede iniciar contestando las siguientes interrogantes:
- ¿Se tiene clara una meta del por qué se busca invertir? Puede ser para comprar un hogar, para unas largas vacaciones, para financiamiento educativo o para el retiro
- ¿Cuánto se está dispuesto a perder en la búsqueda de la ganancia más alta?
Si existe alguna negativa ante una de estas preguntas puede que sirva bastante la aclaración de qué hacer. Es importante decir que una de las cosas por la que gran cantidad de personas no desea invertir es por los riesgos que representa, ya que si algo es cierto es que una fuerte inversión puede generar grandes rendimientos; sin embargo, se debe pensar muy bien en cómo se debe invertir.
Perfil de inversionista
Invertir por invertir no dará el rendimiento que se espera en el plazo deseado. El resultado puede cambiar radicalmente si antes de invertir se realiza un profundo autoanálisis que ayude a poner en “blanco y negro” toda la información que se necesita para saber cuál es el perfil de inversionista a seguir y en qué instrumentos se puede y debe hacerlo.
¿Cómo realizarlo? A través de un cuestionario, aplicado, normalmente, por el asesor de inversión antes de seleccionar los instrumentos que formarán parte del portafolio de inversión, en el que se conocerá cuál es el conjunto de valores y que podrá ayudar al usuario a alcanzar una o varias de las metas financieras propuestas. De este grupo se deberá tener claro lo siguiente:
a) Objetivos o metas financieras. Punto que se vincula a la etapa de la vida financiera. Considera la edad, estado civil, estilo de vida, ingresos e inversiones actuales, entre otros
b) Horizonte de inversión. Una vez que ya existen metas, el siguiente paso es cronometrar su logro. Asignar una fecha de cumplimiento a cada una; ordenarlas según la prioridad que el logro tenga en la vida de los usuarios es de gran ayuda. Plantear metas alcanzables no es tan sencillo, porque se requiere relacionar el plazo, la capacidad de ahorro y el rendimiento que se espera alcanzar; igualmente, hay que considerar que se puede avanzar al mismo tiempo en la consecución de más de una
c) Situación patrimonial actual. Cuantificar ingresos, gastos, deudas, capacidad de ahorro, cuentas bancarias, cuentas de inversión, bienes raíces, metales y otros. Invertir implica considerar varios tipos de activos; si ya se invierte en algunos, vale la pena identificar si son o no los adecuados para alcanzar metas y definir cuáles incluir para lograr un portafolio óptimo
d) Nivel de tolerancia al riesgo. ¿Invertir el ciento por ciento del dinero en acciones es buena idea? ¿Daría mayor certidumbre invertir sólo en deuda? ¿Sabe con qué nivel de riesgo se siente cómodo?
Para responder a lo anterior se debe partir de lo innegable: ningún instrumento de ahorro o inversión está libre de riesgo −posibilidad de que el beneficio obtenido sea distinto al esperado−, aunque eso sí, algunos son más riesgosos que otros. Si las inversiones causan incertidumbre, porque se teme perder parte del dinero invertido, es muy probable que esté asumiendo más riesgo de lo que es posible tolerar. Si ya se está decidido a invertir, lo mínimo que se puede hacer es evitar que la preocupación se convierta en el principal riesgo para el proceso económico que está llevando a cabo y por lo tanto se arriesgue el patrimonio.
Asimismo, si se está asumiendo más riesgo del necesario, es probable que al primer reporte de minusvalía de la inversión, reflejado en el estado de cuenta, exista un desánimo y se prefiera el retiro de dinero del o de los instrumentos de donde se invirtió, para “protegerlo” en una cuenta bancaria tradicional, lo que significará una pérdida patrimonial real.
Por ello, resulta de vital importancia identificar cuánto riesgo es posible soportar al invertir, el asunto consiste en saber:
- ¿Cuánto se quiere ganar?
- ¿Cuánto se está dispuesto a perder?
La Condusef da algunos consejos para ahorrar o invertir: Instituciones para ahorro e inversión
Definir cuál es el paso a seguir hará que la elección sea la mejor y que el usuario final logre sentirse cómodo y seguro con ella.
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[author ]José Juan Ramírez Robledo
Experto en gestión comercial, recursos humanos y fuerza de ventas. Autor de Reinventando la venta de Productos y Servicios Financieros. Cuenta con un Máster en Banca, Mercados Financieros y Gestión Patrimonial, por la Universidad de Barcelona & OBS Online Business School.[/author]