Uno de los resultados de la dinámica empresarial actual es la convivencia en el espacio laboral de personas con culturas, ideas y concepciones del mundo diversas. Este rasgo, cada día más común, pude convertirse en un obstáculo o en un beneficio en términos de productividad. Esto dependerá de que se logre encaminar adecuadamente la participación de cada miembro del equipo
Ingrid Astiz
Descubrir qué motiva a los mejores empleados de manera individual es fundamental para una empresa. La manera más sencilla de comprender qué impulsa a esos colaboradores es tan simple como preguntarles directamente. Establecer conversaciones francas a fin de averiguar qué desearían estar haciendo y qué los impulsa a dar lo mejor de sí son cuestiones muy relevantes en el ámbito laboral.
Esta práctica es efectiva para descubrir motivos de frustración en la situación laboral; por ejemplo, tener que viajar demasiado, trabajar con colegas difíciles o tener pocos desafíos en la actividad diaria. Para obtener información precisa es posible abordar sus necesidades y deseos con el propósito de eliminar esos obstáculos y posteriormente ayudarlos a desarrollarse, a llevar su plan de carrera y sus responsabilidades hacia donde desean. Guiarlos en la dirección correcta para brindarles las oportunidades de crecimiento adecuadas será de gran ayuda.
Asignar desafíos a los mejores jugadores del equipo de trabajo no significa que haya que promoverlos. La oportunidad de acelerar el desarrollo de uno de los mejores empleados puede tratarse de redefinir o expandir su rol actual; la clave está en que ellos realicen tareas que aún no sepan hacer o que todavía no realizan bien. Esto hará que estén comprometidos y en constante crecimiento al aumentar sus responsabilidades y expandir los límites de sus trabajos actuales.
Es ideal que los empresarios al frente de las compañías puedan asignar a sus “empleados modelo” labores que les interesen y les resulten desafiantes. Por supuesto, se deben considerar las oportunidades de enriquecimiento laboral y quien se encuentra al frente de la empresa está en mejor posición para buscar tales oportunidades.
Para que los mejores empleados sientan que tienen desafíos delante de sí, se pueden considerar diversas experiencias de aprendizaje:
Comenzar un proyecto desde cero. Desarrollar y lanzar un producto nuevo o liderar una nueva iniciativa o un equipo
Arreglar algún proceso o producto que tenga problemas. Por ejemplo, mejorar los resultados de un nuevo servicio o de un producto fallido en un nuevo segmento
Rotar los puestos de trabajo para generar nuevos ambientes. Asignar a un gerente de Operaciones una rotación al departamento de Ventas o que trabaje durante un breve periodo en otra región o país
Asignar responsabilidades en proyectos ambiciosos. Estos proyectos, que debieran tener objetivos muy claros y una duración corta, ofrecen a los colaboradores una práctica en la solución de posibles problemas, trabajo en equipos interfuncionales y la exposición a ejecutivos Senior. Este tipo de tareas también ofrecen el beneficio agregado de la flexibilidad. Los participantes pueden trabajar en esos proyectos de modo part-time, con lo cual no tendrían que dejar sus tareas actuales.
Mejorar la eficiencia
Algunas organizaciones han establecido programas de orientación para sus empleados con alto potencial. Estos programas agrupan a los colaboradores con los expertos que están dispuestos a guiarlos para que cumplan con determinados desafíos laborales y en la definición de su plan de carrera. Si una organización no cuenta con un programa así, el primer paso es establecer uno informal para mejorar la plantilla laboral.
Encontrar a los mentores adecuados para un equipo no debería ser demasiado complicado pues los guías no deben ser necesariamente parte del grupo o unidad de negocio. De hecho, los mentores externos le brindan a la organización perspectivas más amplias.
Diversificación, clave para crecer
Se le llama cultura al conjunto de elementos que se transmiten dentro de un grupo de personas, que tienen como propósito lograr la adaptación del individuo a su entorno social. Actualmente, personas de diferentes culturas tienen la necesidad de convivir unas con otras y en diferentes escenarios, siendo el laboral uno de ellos.
Se les denomina empresas multiculturales a aquellos equipos de trabajo que cuentan con un conjunto de personas de diferentes orígenes étnicos, de creencias distintas, valores, conocimientos, opiniones, entre otros, y que trabajan en sinergia y en pro del cumplimiento de los objetivos.
Cuando un nuevo integrante se inserta en el equipo de trabajo o cuando se hace complejo trabajar en conjunto para el logro de los objetivos del grupo, ¿cómo se tiene que actuar para que las diferencias culturales no interfieran ni afecten el desarrollo normal de las actividades laborales?
Existen diversas dificultades que se pueden encontrar:
Barreras en la comunicación. Ya sea que se hable o no el mismo idioma o que la interpretación de palabras sea diferente en unos contextos que en otros
Conflictos. Con creencias y valores particulares que generan rispidez entre diferentes visiones del mundo
Choques. Pueden darse entre integrantes de culturas que fomentan el individualismo y otras que favorecen el colectivismo
Minorías. Los grupos minoritarios pueden verse etiquetados y segregados del resto
Crear una empresa intercultural satisfactoria
A pesar de éstas y otras dificultades, las organizaciones se ven beneficiadas de la multiculturalidad que se respira en su espacio laboral. Los colaboradores son personas con diferentes visiones del mundo, valores, ideas, habilidades y competencias que le aportan una visión más global a la compañía, al tiempo que, muchos de ellos, pueden convertirse en piezas clave para el entendimiento de alguna problemática. En este sentido, aprovechar las ventajas de la pluralidad requiere cuidar algunos aspectos:
- Respetar la diversidad cultural
- Eliminar cualquier política que pueda resultar en la segregación de las personas pertenecientes a una minoría cultural
- Crear normas y valores que reflejen y promuevan la diversidad
- Contar con procesos de evaluación que favorezcan la igualdad de oportunidades
- Capacitar al personal para que pueda trabajar con la diversidad de personas que integran la empresa, así como para poder afrontar conflictos que pudieran presentarse relacionados con el racismo
- La dirección debe de estar comprometida con el logro de esto y desarrollar un estilo de liderazgo que lo favorezca
En general, son tres las características con las que una empresa debe contar para incorporar la interculturalidad de manera eficaz en su modelo de trabajo: apertura, flexibilidad y disposición al cambio.
Si se tienen presentes estas recomendaciones, la empresa intercultural obtendrá resultados significativos, sus miembros se sentirán integrados a la organización y podrán relacionarse entre sí de manera respetuosa y cordial.
Lo anterior permitirá que los objetivos de la compañía se cumplan y que todo el equipo de trabajo cuente con las mismas oportunidades de desarrollo. Al final, se habrán logrado evadir los estereotipos y elevar el trabajo colaborativo a otro nivel de entendimiento.
Identificar las habilidades y competencias que se necesitan desarrollar para permitir el trabajo intercultural, así como mejorar la comunicación interna entre los miembros de un equipo es una tarea que poco a poco ha tomado más fuerza en el ámbito laboral, pues ha dado resultados significativos.
La internacionalización es una vía de negocio que cada vez más compañías están incorporando. Para participar en los mercados extranjeros no basta con traducir la página de internet de la compañía a otros idiomas, este tipo de procesos implican, entre otras acciones, la búsqueda de distribuidores, socios o clientes en otros países.
Beneficios para la empresa
La movilidad demográfica ha impactado a las empresas. Donde antes sólo había empleados oriundos del país en el que estaba instalada la compañía, ahora se incorporan miembros de cualquier lugar del mundo.
Esta diversidad debe utilizarse para crear un impacto positivo en la productividad y en el trabajo en equipo. Cuando un grupo homogéneo piensa en la solución a un problema, normalmente tendrá un pensamiento único. Si el grupo posee diferentes perspectivas culturales, tendrá en cuenta muchos más aspectos para encontrar una solución.
Disponer de un equipo con competencias interculturales genera rendimientos económicos para las empresas, pues brinda la oportunidad de hacer negocios a escala global, al tiempo que generará una buena reputación de la empresa en el entorno de mercado.
[author ]Ingrid Astiz
Estudió Filosofía en la Universidad Nacional de Buenos Aires. Trabajó como capacitadora de emprendedores y participó en el desarrollo de sistemas de información y comunicación interna, un software enfocado en hacer más eficiente el trabajo dentro de las empresas. Actualmente, es consultora de Fuerza Tres y PDA International.
Twitter: @IngridAstiz[/author]