Gran parte del consumo eléctrico en edificios y casas habitación se debe a los sistemas de climatización. Se sabe que un porcentaje considerable de este consumo podría reducirse con un mejor diseño inicial que considere elementos como la envolvente y el aprovechamiento de elementos naturales. En atención a este tema se han desarrollado algunas NOM que ofrecen un marco de referencia para optimizar las prácticas constructivas y el consumo energético
Karemm Danel
Diversas regiones de México dependen en gran medida de los sistemas de climatización, sea por calor excesivo o frío extremo, según la temporada del año. La necesidad de contar con un sistema que brinde mejores condiciones de temperatura implica un considerable consumo de energía, que implica un fuerte impacto económico para el bolsillo de los usuarios.
Si bien es imposible prescindir de estos equipos, la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía (Conuee) ha desarrollado Normas Oficiales Mexicanas (NOM) que permiten reducir su uso al promover diseños constructivos optimizados, con materiales que disminuyen la ganancia térmica y la temperatura interior por abatir.
Sobre estas NOM y las acciones para extender su aplicación con rapidez conversa en entrevista el ingeniero Odón de Buen Rodríguez, director General de la Conuee. El ingeniero señala que las NOM desarrolladas buscan mejorar el desempeño térmico de las construcciones para reducir su necesidad de aire acondicionado, sin afectar el confort. Esto implica modificar las prácticas constructivas en la etapa del diseño, que es donde se definen los materiales y las características de la edificación terminada.
A juicio del ingeniero De Buen, dos asuntos deben resolverse para que estas NOM se apliquen extensivamente: lograr que los municipios de cada estado del país apliquen la norma según las características de cada región y modificar la idea de que es mejor lo que de inicio cuesta menos. “Muchas veces quienes construyen lo hacen al costo inicial más reducido, que no es necesariamente el que tiene menor costo de operación”.
Mundo HVAC&R (MH): ¿Qué es un sistema pasivo?
Odón de Buen (OdB): Es aquél que no requiere equipos eléctricos que utilicen energía para cumplir con su función. Lo entiendo, en particular, para vivienda: dónde aprovechar las condiciones de radiación solar, temperatura exterior, pero sobre todo las características de materiales y cómo están incorporados en la envolvente para que se mantenga el confort. Digamos, una pared de gran masa térmica puede ser un elemento de equilibrio en una zona de calor; precisamente las construcciones antiguas tenían esa característica. Un sistema pasivo no necesita energía más allá de lo que la naturaleza ofrece para tener el beneficio que se pretende, sobre todo, en cuanto a confort.
En general, se debe tratar de aprovechar las características que tendría un sistema pasivo para reducir la necesidad de un llamado sistema activo. En la medida en que aprovecho mejor la masa térmica de un edificio, requeriré menos sistemas de aire acondicionado.
MH: ¿De qué trata la norma de aislamiento térmico?
OdB: Hay una norma de envolvente y hay normas de aislamientos. La norma 018 permite definir las características de conductividad térmica y otras características de materiales que se integran a la construcción. En cuanto a las normas de envolvente, contamos con la de vivienda, que es la 020-ENER, y aquella para edificios no residenciales, que es la NOM-008. Éstas, básicamente, definen un presupuesto para un edificio de ciertas características y geometría similar al que se pretende construir, con lo que sería obligado en materiales y área de ventana en el edificio de referencia; si el edificio propuesto tiene mayores ganancias térmicas, no pasa la norma, que realmente ve los flujos de energía y trata de limitarlos en función de las características de ventanas y paredes.
MH: ¿Cuándo se aplica esta norma?
OdB: Esta norma se debe aplicar al momento de estar diseñando. Es una norma orientada a los diseñadores que definen una fachada o la envolvente de un edificio; pero se debería cumplir a la hora de pedir un permiso de construcción.
De manera ideal, los gobiernos municipales, cuando dan un permiso, además de tomar los dictámenes relativos a la instalación eléctrica, hidráulica o sísmica, deberían exigir el dictamen de una unidad de edificación de estas normas, antes de que inicie la obra.
MH: ¿Cuáles son sus alcances?
OdB: Tienen que ver con la envolvente, en la medida en que limita ganancias de calor. El alcance en términos de geografía es todo el país, mientras que en tipo de edificio, en el caso de la 020, es de edificios de hasta tres pisos de uso habitacional; en el caso de la 008, es para edificios de cualquier uso, excepto habitacional, y ahí el tamaño no tiene límites.
Los edificios pueden construirse como los arquitectos quieran, pero se trata de evitar que se hagan edificios que se conviertan en invernaderos y requieran sistemas activos para extraer el calor, tener consumo y, por tanto, emisiones de efecto invernadero y altos costos para quienes operan y viven en el edificio.
Muchas veces quienes construyen lo hacen al costo inicial más reducido, que no es necesariamente el que representa un menor costo de operación.
MH: ¿La aplicación de esta norma implica mayores costos?
OdB: Puede tener un mayor costo de inversión, sí. Digamos, un edificio de puro vidrio es muy económico y resulta ligero, pero se convierte en un invernadero. En el caso de la Ciudad de México, un edificio que tiene vidrio, que ahorra en iluminación, tiene serios problemas en términos de aire acondicionado, y éste puede pesar mucho más que la iluminación. Sí llega a implicar mayores costos, pero se logra el equilibrio entre lo que se construyó y la operación. Además, la envolvente no se puede modificar durante la vida útil del inmueble; entonces, determina una cuenta eléctrica de 30 o 40 años, y la paga quien lo opera, no quien construye.
En el caso de vivienda, llevamos año y medio analizando, junto con la Canadevi, la Conavi y el Infonavit, el costo que implica el cumplimiento de la norma 020 y hemos estimado un costo adicional de alrededor de 15 mil pesos al año para las zonas extremas, como Mexicali y Hermosillo. Analizamos, a partir de los diseños de la propia industria, las implicaciones de integrar; primero, de evitar ganancia solar y, en segundo lugar, usar aislamiento térmico.
Así que hay un costo adicional máximo de 15 mil pesos, que generalmente paga el usuario, en tarifa subsidiada, que es de 1 peso; esto le toma pagarlo cerca de nueve años, hablando de esa inversión adicional.
Si consideramos que el costo de producir energía es de 3, no de 1, socialmente se trata de una inversión que debe recuperarse en tres años. Claro, son medidas que le benefician a la casa por 30 años y que reducen la necesidad de AA; no lo evitan, pero una cosa es necesitarlo y otra necesitarlo de más. Así que se trata de reducir la ganancia, que luego es extraída por los equipos de AA.
Y bueno, en las conversaciones estamos tratando de ver cómo la Hipoteca Verde y cómo parte del subsidio Federal pueden cubrir ese costo para apoyar a los usuarios que cumplan con la norma.
MH: ¿Qué porcentaje de proyectos actuales la están implementando?
OdB: Sabemos que todos los edificios del poder Judicial de la Federación hacen que se cumpla la Norma. Nosotros supervisamos a las unidades verificadoras. De este tipo de edificaciones, tenemos el registro de que se están verificando, en el caso de la 008, aproximadamente 100 por año, que es un número pequeño.
Realmente ahí el reto está en lograr que se implemente en los municipios. Por ejemplo, en el Reglamento de la Construcción de la Ciudad de México, se habla de cumplir con las NOM vigentes, pero el mecanismo para exigir el dictamen de la Unidad de Verificación no está incluido en el trámite administrativo. Entonces, en ese sentido, se vuelve letra muerta.
Es el problema de una norma Federal que aplica en un campo que es de exclusiva facultad local, que tiene que ver con los permisos de construcción. Por lo que hemos estado trabajando con el Infonavit y la Conavi en aquellos proyectos que tienen algún nivel de recurso Federal, especialmente para el sector de bajos ingresos.
MH: ¿Hay desventajas para el diseñador al implementarla?
OdB: Más bien introduce conceptos elementales de diseño. La Norma, una vez que se entiende, es de manejo relativamente sencillo. Precisamente una de las cosas que se han identificado en este proceso de trabajo con los desarrolladores de vivienda, que pensaban que se trataba de una norma de aislamiento térmico, es que en realidad se trata de una norma que ayuda a tener un mejor diseño.
Se ha hecho evidente, por ejemplo, que en México hay formas de construcción de concreto que no deberían existir en zonas de clima cálido, y ajustar una vivienda de concreto a la norma es carísimo. Pero de por sí una construcción de ese tipo no debería hacerse en esos lugares, lo cual ha llevado a que el Infonavit reconozca como línea base de diseño lo que se llama “vigueta y bovedilla”, que en sí ya incluye un nivel de aislamiento térmico. Ya con esa línea base se han reducido de manera significativa, especialmente en lugares donde se construye con dicho material, las necesidades de aislamiento térmico; pero también está el factor solar.
Con el estudio nos hemos encontrado con que en el Reglamento de Construcción de Hermosillo, Sonora, están más preocupados por la luz que por aislar el calor. Hay un problema grande, porque sus requerimientos de tamaño de ventana son muy grandes, en contraste con Mexicali, donde se castiga mucho la ventana porque saben que la ventana es un área por donde penetra la radiación solar y hace que entre el calor a la casa; sin embargo, en Hermosillo es más caro cumplir la norma precisamente porque el reglamento de construcción local pide ventanas mayores que en otros lugares, lo cual es un error, debido a la condición de calor que tiene.
MH: ¿Cómo se busca erradicar esa desinformación?
OdB: Hemos estado trabajando con los desarrolladores, que son centrales. Precisamente, la conversación surgió de un rechazo a la Norma por parte de la industria; y fue la Conavi la que nos puso frente a ellos y desde entonces hemos estado trabajando año y medio. Al día de hoy, los dirigentes de la Conavi apoyan la aplicación de la norma, y estamos buscando la manera para que esto ya forme parte de las prácticas de la industria.
Pero no es una norma difícil de cumplir, aunado a que desarrollamos una herramienta que se baja de internet para poder revisar si se cumple con ella; esto, con el fin de que haya capacidad en los propios despachos de los desarrolladores de que, si cumplen la norma al momento de diseñar la casa, entonces la Unidad de Verificación compruebe que el diseño está bien hecho.
MH: ¿Cuáles son las perspectivas sobre su aplicación?
OdB: Estamos por cerrar un ciclo. Se trata de un primer estudio entre la Cámara y la Conuee. Un segundo estudio, que ya está terminado, es con el Infonavit y la Conavi, para revisar los costos adicionales y los ajustes que se le podrían hacer a la Norma. La Conuee puede, digamos, expedir un documento en el DOF, sin tener que consensuarlo, con el propósito de aflojar un poco la Norma; es decir, para que se pueda cubrir con determinados montos, en algunos casos, de la Hipoteca Verde o que sean aceptables por la industria.
Lo segundo tiene que ver con la Conavi, en el uso de recursos públicos, sobre todo para los de menores ingresos, a fin de cubrir este costo adicional, en la lógica de que, si no se cubre, les llegará una factura muy alta, que es lo que generalmente ocurre, pues la gente termina comprando equipos que no necesariamente son los más eficientes para poder cubrir sus necesidades de confort. La idea es que en las próximas semanas ya contemos con un acuerdo final.
Al tema se ha incorporado la Semarnat, que tiene interés de ser parte del acuerdo para que, entonces, la Norma sea parte integral no sólo de lo que hace el Infonavit, a través de Hipoteca Verde, también la industria ha pedido que los organismos que financian vivienda se integren al arreglo.
De manera general, los desarrolladores se preguntan para quiénes construyen la casa, y es una decisión que deben tomar desde el proceso de diseño. Sería para ellos muy útil una homologación; es decir, que no tuvieran que cumplir la NOM o con los elementos de cualquier otra certificación. Buena aparte de la preocupación de la industria radica en homologar tales criterios de sustentabilidad, que no varíen de ventanilla en ventanilla, y es una de las exigencias que se nos ha hecho. Consideran que su trabajo con nosotros en la Conuee ha permitido ir alineando los criterios para la vivienda nueva.
MH: ¿Cuándo cree que podría darse esa homologación?
OdB: Una vez establecido el acuerdo entre la Conavi, el Infonavit y la Conuee, tenemos puesto más del 50 por ciento del universo. Con ello, incluso, se da la propuesta de juntar a secretarios de Estado en un acuerdo para que el universo de esos actores de desarrollo y vivienda se cubra.
Hubo una reunión hace unos días en la Conuee en la que se fijó un calendario a tres meses, con el propósito de tener este acuerdo; pero tenemos que cerrar un ciclo con el Infonavit y la Conavi, y de ahí llevarlo a la mesa del universo de actores.