En la naturaleza, existen distintos materiales que permiten reducir el calor interior de los inmuebles, por lo que se han desarrollado productos que aíslan las edificaciones y permiten mantener un ambiente de confort sin necesidad de instalar equipos de aire acondicionado o calefacción. Elegir la mejor opción para una instalación conlleva contar con el conocimiento adecuado
Redacción / Fotografía: cortesía de Dow México
El aislamiento térmico se trata de la capacidad de los materiales para oponerse al paso del calor por conducción, el cual, suele evaluarse por su resistencia térmica. La medida de la resistencia térmica, también llamada capacidad de aislar térmicamente, se expresa en el Sistema Internacional de Unidades (SI) en metros cuadrados y kelvin por vatio. Ahora bien, la resistencia térmica es inversamente proporcional a la conductividad térmica.
Claro está que todos los materiales oponen resistencia, en mayor o menor medida, al paso del calor. Los metales, por ejemplo, son buenos conductores; mientras que los materiales de construcción, como yesos, ladrillos y morteros tienen una resistencia media. A aquellos materiales que ofrecen una alta resistencia, es el caso de espumas o paneles especiales, se les denomina aislantes térmicos específicos o aislantes térmicos, entre los que encontramos lanas minerales (lana de roca y lana de vidrio) y espumas plásticas derivadas del petróleo (poliestireno expandido, polietileno expandido, espuma de poliuretano o poliuretano expandido, reciclados como los aislantes celulósicos a partir de papel usado y la lana de oveja, vegetales, paja, virutas de madera, fardos de paja, corcho natural, entre otros).
En el caso de que se presente una fisura en el aislamiento, producido por un material conductor o un agujero físico, se habla de un puente térmico. Ahora bien, los desafíos actuales en materia de sustentabilidad representan una oportunidad para el desarrollo de nuevas tecnologías. Dentro de la industria de la construcción, la reducción de emisiones de carbono se relaciona directamente con el uso de soluciones sustentables que permiten la disminución de recursos, específicamente en materia energética.
En la actualidad, la oferta de materiales sustentables en el sector se encuentra en aumento, ya que existe por parte de este nicho de mercado una creciente demanda de tales innovaciones. Cabe destacar que factores como iniciativas de edificación sustentable, reglamentaciones nacionales y privadas, así como algunas especificaciones de compañías aseguradoras en las que se manejan estándares de construcción muy estrictas en temas como aislamiento y protección contra incendios contribuyen al desarrollo de mejores tecnologías y al ahorro de energía.
En una edificación, un aislamiento apropiado fomenta una mejor conservación de la temperatura, lo que deriva en un menor impacto energético para la climatización de ambientes. Dicho asilamiento se puede lograr a través de diversas tecnologías, como paneles sándwich de alto desempeño fabricados de espumas rígidas de poliisocianurato (PIR) o placas de poliestireno extruido que proporcionan aislamiento en una variedad de aplicaciones en edificios tanto residenciales como terciarios e industriales, y recubrimientos elastoméricos flexibles que refrescan los techos y permiten, por consiguiente, la optimización energética de los mismos.
Implementación del poliisocianurato
El poliisocianurato está proyectado para construcciones comerciales, industriales y residenciales, entre otros. Esta innovación que regularmente se aplica en forma de espuma en paneles tipo sándwich, la encontramos disponible en diversos niveles de desempeño contra el fuego, adecuado a las necesidades específicas de cada producto, incluyendo las condiciones del proceso de producción de la línea y tecnología de fabricación.
Además de ofrecer un excelente aislamiento térmico, algunos de los beneficios son:
- Fuerza estructural
- Adhesión inherente a superficies de metal
- Peso reducido del material
- Mayor reacción y resistencia al fuego, gracias a la estabilidad térmica del material
Aunado a ello, se estima que esta tecnología reduce aproximadamente en un 20 por ciento las emisiones de bióxido de carbono al medioambiente.
Techos frescos
Se sabe que los colores claros reflejan la luz del sol y repelen el calor, mientras que los obscuros los absorben; este principio ha sido el parteaguas en el desarrollo de tecnologías cuyo fin es ayudar a mejorar la eficiencia energética de edificios residenciales o industriales con el objetivo de ofrecer una mayor comodidad al consumidor final y volver los techos más frescos.
Existen diversos tipos de techos frescos. Uno de ellos consiste en un revestimiento elastomérico flexible con tecnología de polímeros acrílicos (impermeabilizantes), con propiedades de reflectividad y emisividad, el cual forma una superficie de color claro que refleja hasta un 92 por ciento de los rayos solares, esto hace que los techos se vuelvan efectivamente invisibles al sol y así se reduce de manera significativa el calor solar que absorbe el edificio.
La diferencia entre usar pintura convencional y utilizar este tipo de tecnología es que proporciona la flexibilidad necesaria a diferencia de los polímeros duros de una pintura tradicional, por lo que mantienen la durabilidad y protección del techo. Cabe destacar que esta innovación cuenta con resistencia a la retención de suciedad para mantener la reflectividad a largo plazo y resistencia a los rayos ultravioleta, permitiendo que el producto conserve sus propiedades a lo largo del tiempo.
Durante los meses cálidos, este tipo de techo puede estar entre 10 y 26 grados centígrados más fresco que uno tradicional. Se trata de una diferencia de temperatura que puede reducir los costos de refrigeración hasta en un 20 por ciento, lo que puede representar una alternativa para edificaciones que buscan una reducción de energía importante.
Es posible instalar dicha tecnología sobre los materiales del techo existente; es resistente a la lluvia, sal y otros elementos naturales, lo que ayuda a los revestimientos a mantener la durabilidad y adhesión de los materiales de los tejados. Los techos frescos, además, funcionan mejor en aquellos con escasa o ninguna inclinación, los cuales son más propensos a las goteras y al pandeo en comparación con los techos inclinados tradicionales.
Las ventajas del poliestireno extruido
La espuma de poliestireno extruido (XPS) es otra excelente opción de aislante térmico. Se puede utilizar para aislar y sellar los techos, las paredes, los pisos y los sótanos de las viviendas, haciendo el ambiente interior más cómodo, al mismo tiempo que se consiguen ahorros de hasta un 20 por ciento en costos de calefacción y refrigeración.
Un metro cuadrado de aislamiento rígido de XPS correctamente instalado, normalmente de una pulgada de espesor, puede evitar más de una tonelada de emisiones de dióxido de carbono durante la vida promedio de un edificio.
Cabe destacar que los beneficios de utilizar esta tecnología en el sector construcción derivan en:
- Ahorro de energía y reducción de los costos de calefacción y refrigeración
- Aumento de la comodidad
- Distribución uniforme de la temperatura en el inmueble
- Evita la condensación, gracias a sus propiedades de resistencia a la humedad
- Reduce el potencial de aparición de moho, hongos, podredumbre de la madera y el olor que se producen por la entrada de humedad
- Reducción de emisiones
En conclusión, la utilización de diversas tecnologías de aislamiento en la construcción permite promover el uso eficiente de la energía y, en consecuencia, preservar los recursos naturales, reducir las emisiones de bióxido de carbono y los gastos financieros. En definitiva, si se busca mayor eficiencia y menor consumo energético, este tipo de tecnologías es una alternativa.
Con información de los negocios de Coatings & Construction e ICEE (Industrial, Confort & Energy Efficency) de Dow