La contaminación se ha convertido en uno de los mayores problemas en China, y aunque las autoridades han intentado reemplazar el uso del carbón por gas natural y energías renovables, dos tercios de la energía generada en el país procede del uso de este combustible fósil.
Por ello, el frío ha dejado una densa capa gris de contaminación. Las provincias del noreste de China, especialmente Jilin y Liaoning, por ejemplo, registran niveles de contaminación nunca vistos después de encender el sistema central de calefacción.
La ciudad de Shenyang registró un nivel de partículas PM 2.5 (las más pequeñas y dañinas para la salud) de más de 1 mil 400 micras por metro cúbico, mientras que el máximo que recomienda la Organización Mundial de la Salud es de 25 micras; es decir, que supera en 56 veces lo recomendado.
Según las ONG locales, nunca se habían alcanzado niveles tan altos. El contacto directo y prolongado con tales partículas finas se vincula con varias enfermedades.
Fuente: El País