Con el auge en México de las construcciones sustentables, las empresas constructoras han replanteado sus prácticas de diseño y proyección, lo que ha derivado en la consideración de elementos que no solían incluirse como variables en la búsqueda del confort y la eficiencia
Juan Carlos Martínez
El auge de edificaciones verdes ha generado un cambio tanto en las empresas como en los profesionales que han participado en este tipo de proyectos; sin embargo, aún existe una fuerte y constante resistencia a hacer las cosas de manera adecuada, y argumentos como: “las obras son sucias” o “eso no viene en mi contrato” es algo cotidiano. El correcto desarrollo de estas construcciones no exige soluciones técnicas excesivas o costosas, sino personas capacitadas para la ejecución de los trabajos; sin embargo, en la mayoría de los casos no se cumple con este requisito, convirtiéndose en el obstáculo principal para realizar construcciones sustentables o amigables con el medioambiente.
Se trata de una forma de construcción a la que se le conoce como buenas prácticas en construcción o prácticas constructivas ecoamigables, la cual es totalmente compatible con los proyectos que se encuentran en búsqueda de obtener algún tipo de certificación sustentable, tal es el caso de la certificación Leadership in Energy and Environmental Design (LEED).
Si bien existe la creencia de que todo proyecto sustentable debe de ser costoso, lo cual es parcialmente cierto, nos ocuparemos en abordar dos aspectos principales de las construcciones sustentables:
1) De las empresas y profesionales en la ejecución de prácticas ecoamigables para proyectos sustentables
2) Algunos mitos, como el tema de los costos
Empresas y profesionales vs prácticas ecoamigables
A la fecha ya hay más empresas constructoras y profesionales del gremio que cuentan con experiencia en proyectos sustentables, ya sea desde la fase de diseño, hasta la de construcción y operación; pero la experiencia obtenida, así como la ejecución no siempre son las adecuadas, ya que, por lo general, tanto empresas como profesionales cumplen porque tienen que hacerlo (en la mayoría de las ocasiones por la existencia de un contrato cuyo incumplimiento implica multas, sanciones, entre otras penalizaciones); debido a ello, su nivel de expertise puede y debe ser altamente cuestionado, aunque, de una u otra manera, es obligatorio un proceso adecuado.
Si se analizan brevemente las prácticas ecoamigables en construcción, éstas comienzan desde la etapa de diseño del proyecto, donde se analizan temas tan básicos como lo es la mejor orientación del inmueble a proyectar, ubicación del proyecto tanto para soluciones de transporte como para la intervención del terreno, si hay una construcción existente o es un terreno sin construcción previa, el cultivo y aprovechamiento de ventilación e iluminación natural, la correcta especificación de materiales, simulaciones de eficiencia y consumo de energía y planeación y logística en los suministros y fases constructivas.
En construcción, tales prácticas pueden resumirse en control de contaminantes a la atmósfera, derivadas de actividades constructivas que radican, en otras palabras, en controlar las emisiones de polvo y el arrastre de sedimentos del interior de la obra hacia los exteriores, evitando, o al menos reduciendo considerablemente, las afectaciones en el entorno; en respetar, conseguir e instalar los materiales, instalaciones y equipos especificados en el proyecto, cuidando que todo material o equipo “nuevo” o “diferente” sea estudiado con anticipación; en mantener condiciones dignas en interiores y exteriores para los trabajadores y visitantes; capacitar a los usuarios del inmueble en términos de seguridad y correcta ejecución de trabajos, así como en proporcionarles las herramientas adecuadas para cada labor.
Manejo de residuos
Las áreas de trabajo deben de estar en condiciones óptimas para la seguridad y prevención de accidentes de toda persona que se encuentre dentro de la obra.
En ello incide la organización respecto de los materiales y el adecuado manejo de residuos, comenzando con una correcta segregación temporal en sitio, teniendo un proceso responsable para monitorear la disposición final y capacitación del personal técnico y administrativo para hacerlos sensibles y conscientes del tema. La limpieza, por lo tanto, es inherente al correcto manejo de residuos. En pocas palabras, se debe trabajar en capacitar de forma constante al personal en proyecto y al personal en construcción. En cuanto a la operación del inmueble, es necesario capacitar al personal a cargo de la operación y del funcionamiento del inmueble, apoyándose en los manuales de los equipos.
Las certificaciones, un apoyo para las buenas prácticas
El Green Business Certification Inc., organismo que regula a LEED, otorgan una amplia gama de credenciales para los profesionistas de cualquier gremio que estén interesados en la construcción sustentable.
Las certificaciones que éste provee son: LEED; Performance Excellence in Energy Renewal (PEER); WELL; SITES, y Global Real Estate Sustainability (GRESB), convirtiéndose en una excelente herramienta para que los profesionistas estén adecuadamente preparados para participar en proyectos sustentables.
Cabe destacar que, debido al alto número de personas no capacitadas y sin credenciales en el sector, se debe ser más cuidado al contratar un servicio, ya que se genera un desprestigio y devaluación de los profesionales debidamente acreditados y capacitados para ejecutar proyectos. A esto se suma el hecho de que las empresas no están dispuestas a ofrecer sueldos apropiados según el nivel de experiencia, credenciales y especializaciones de quienes cuentan con cierta preparación, dando como resultado un bajo nivel en los resultados y en las ejecuciones, así como problemas contractuales derivados de la falta de conocimiento y experiencia del personal, tanto en oficina como en construcción.
Hoy en día existen muchas empresas, fundaciones, escuelas, diplomados, entre otros, a los que los profesionistas pueden recurrir para capacitarse y estar preparados. Se debe ver que se trata de una inversión para el crecimiento de cada uno, y que, según la experiencia, se convertirá, incluso, en un estilo de vida.
Mitos en proyectos sustentables
Como todo lo que deriva del desconocimiento, falta de experiencia y criterio alrededor de las construcciones sustentables, se ha creado una serie de mitos alrededor que ha afectado la percepción de todo tipo de personas hacia estos proyectos. Tal es el caso del costo, diseño y greenwashing.
En lo concerniente al costo, sin duda un proyecto sustentable tiene un precio mayor en comparación con un proyecto convencional, lo cual es coherente al considerarse:
- Uso de tecnologías, para la generación de energías limpias
- Instalaciones adicionales, a fin de captar agua de lluvia, filtrar y reutilizar aguas grises
- Un programa de separación de residuos y disposición final responsable
Entonces, si bien la inversión es mayor, la plusvalía y el beneficio también incrementan y se reduce el tiempo de retorno de inversión, ya que el precio de venta o renta de un proyecto sustentable no es igual al de uno convencional. Aunado a los beneficios de rentabilidad, también hay beneficios intangibles, como es la percepción positiva del público consumidor respecto de la empresa que realmente se compromete a realizar proyectos en esencia sustentables, porque no se debe olvidar que si no es rentable, no puede existir, y la sustentabilidad se basa en el equilibrio entre los aspectos ambientales, económicos y sociales.
Por otra parte, el diseño de proyectos arquitectónicos sustentables de cualquier tipo debe considerar como premisa la reducción o eliminación de consumo de recursos, tanto energéticos como materiales en su planeación. Ahora se sabe que como individuos, por el simple hecho de respirar, contaminamos, por lo que, hasta cierto punto, sería absurdo creer que se dejará de contaminar totalmente.
Sin embargo, lo que sí se puede hacer es reducir al máximo posible los consumos, lo que se logrará siguiendo los principios básicos del diseño arquitectónico bioclimático, que, en breves palabras, entiende las características del entorno, cuida la orientación, insolación y confort (ruido, ventilación y temperatura); sin la necesidad de elementos mecánicos o artificiales, así como el uso de materiales regionales en el diseño arquitectónico conocido como Regionalismo.
La tendencia de este tipo de principios fomenta la permacultura, (cultivo y consumo de alimentos), así como la filtración y reutilización de agua por medios de gravedad; se trata de actividades a las que antiguamente se recurría cotidianamente para las viviendas, entonces, ¿por qué no retomar las bases de esas prácticas en los nuevos proyectos bajo la perspectiva de un entendimiento contemporáneo?
Un proyecto sustentable no es únicamente el que tenga celdas solares en la azotea, porque hay proyectos que abusan del uso de tecnologías y que están construidos con residuos como pet, pacas de paja, bambú, etcétera, acompañados de formas muy orgánicas, dando como resultado diversos diseños de todos los estilos que forman parte de la arquitectura sustentable; pero, de igual manera, su diseño requiere de un estudio a profundidad, para que se refuerce con el uso de estos materiales.
Entonces, el greenwashing no es otra cosa que engañar al consumidor, ya sea con productos o servicios que se jactan de ser totalmente sustentables cuando en realidad no lo son. Un aspecto que no se limita únicamente a la construcción, ya que en los últimos años ha habido una ola de empresas que se suman a la corriente sustentable, generando productos y servicios con sellos Green y que no demuestran por qué son amigables con el medioambiente.
Asimismo, existe un sinfín de vendedores que aseguran que sus productos y materiales son altamente sustentables, a pesar de su origen extranjero, lo cual repercute en los requerimientos esenciales del equilibrio sustentable, como el costo, el gasto de tiempo y la huella de carbono que genera al ambiente al ser importado.
Finalmente, uno de los principales problemas de la construcción sustentable es el capital humano que interviene en ella, ya sea de forma directa o indirecta, debido a que la elaboración de un proyecto, la fabricación de materiales, la ejecución de obras, la adecuada preparación académica, la técnica y ejercer con una elevada ética profesional es la base para que el sector sea más competitivo.
Posicionar a empresas y profesionales como expertos comprometidos con el quehacer profesional, generando valor a los proyectos e intervenciones profesionales es posible, pero hace falta hacer ese cambio, empezando por uno mismo. Informarse, investigar, certificarse y ejercer una profesión coherente con el estilo de vida será el medio para dar un ejemplo correcto y alcanzar objetivos.
[author ]Juan Carlos Arzate
Arquitecto egresado del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), cuenta con estudios y especializaciones por parte de la UNAM y The University of Sydney (USYD) en Bioclimática y Diseño Sustentable. En 2012 obtuvo su acreditación LEED Green Associate. Hoy en día es socio fundador de ARZSAN Architetti Sostenible, firma especializada en diseño y construcción de arquitectura sustentable para construcciones nuevas y retrofit de edificios existentes, así como de diseño y construcción de proyectos del sector privado.[/author]