El pasado diciembre en París, Francia, tuvo lugar la COP21; reunión de naciones que será histórica gracias a los pactos alcanzados, y por haber creado un acuerdo universal que impacta a más de una industria, entre ellas, algunos productos y servicios de la de refrigeración
Jaime Sotelo
Es ampliamente conocido que la temperatura de la atmósfera terrestre está subiendo debido a la emisión excesiva de gases de efecto invernadero, el famoso cambio climático. El objetivo de la Conferencia de las Partes, COP21, la cual a finales de 2015 se realizó en la ciudad de París, fue tener una respuesta positiva a esta problemática que amenaza con borrar la presencia humana en ciertas partes del planeta. Ante este panorama surgió una respuesta: mantener el incremento de la temperatura por debajo de los dos grados centígrados.
Muchos científicos creen que un incremento mayor sería desastroso y como prueba pusieron en la mesa distintos escenarios que han sucedido en los últimos años. Además, el acuerdo dice que la población en general deberá buscar que el incremento sea menor al 1.5 °C, si se pretende proteger a estados insulares, pues son los más amenazados.
Por otro lado, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) estima que se podrían reducir 2.7 gigatoneladas de CO2 de la cantidad de emisiones globales de gases de efecto invernadero a un costo por debajo de los 50 dólares por tonelada de CO2 equivalente; es decir, casi un cuarto de estas reducciones podrían lograrse a un costo igual o por debajo de lo invertido, y un porcentaje sustancial de la reducción generaría beneficios financieros inmediatos.
¿Cuál es el camino para evitar el calentamiento global?
Para lograr este objetivo, el 12 de diciembre de 2015, 186 países publicaron su plan de acción y cada uno de ellos indicó la meta a la que esperan llegar con base en los compromisos y acuerdos resultantes de la COP21. Algunas de las metas establecidas por países latinoamericanos fueron:
¿Cómo afectan los acuerdos a la industria HVACR?
Dentro de la evaluación previa que se hizo, se tomaron diversos sectores económicos en cuenta, pues de los 60 o más países que han anunciado una contribución 90 por ciento instituyeron objetivos de mitigación a nivel económico, como ejemplo clave está la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
En paralelo, la agencia EPA ha dictaminado que 2020 algunos de los refrigerantes con más alto potencial de efecto invernadero serán prohibidos para la mayoría de los nuevos equipos de refrigeración. Todo lo anterior significa que se tendrá que migrar hacia otras alternativas de refrigerantes y tecnologías con un menor Global Warming Potential (GWP), además de que la industria se tendrá que alejar de los hidrofluorocarbonos (HFC), como son las mezclas R404, R404-A, R-507, R507A, entre otras igual de dañinas.
Los miembros del Protocolo de Montreal han accedido a negociar un desfase de HFC en 2016. Pues se debe recordar que el protocolo tuvo enmiendas sustanciales que buscan evitar hasta 0.5 °C de calentamiento de la atmósfera para el año 2020.
Este protocolo entró en vigor en 1989, teniendo como objetivo regular internacionalmente las acciones ambientales de los Estados que lo firmaron, siempre con meta de enmendar los daños en la capa de ozono por la emisión de sustancias dañinas. Ha sido uno de los protocolos más efectivos y eficientes que espera brindar una restauración total del daño en la capa de ozono para 2050. Si bien está sirviendo como antecedente al acuerdo de París que acaba de ocurrir, fue el primer paso que se dio.
El esquema que se planteó en París obliga, mas no sanciona, a todos los países a revisar sus contribuciones cada cinco años, partiendo de 2020. No será permitido disminuir sus metas y de manera contraria serán alentados a que sus metas sean más agresivas.
El acuerdo reconoce que 100 mil millones de dólares americanos (en préstamos y donaciones) necesitan ser recaudados desde 2020 para financiar proyectos que permitan a países adaptarse a los impactos del cambio climático, sobre todo en los sitios donde habrá fenómenos como la elevación de nivel del mar, sequías, etcétera. También este dinero servirá para financiar programas que busquen reducir emisiones de gases de efecto invernadero.
El acuerdo de París es mundial, se creó para luchar comprometidamente contra el cambio climático y será regido bajo la legislación internacional, sin embargo, si se analiza detenidamente, está compuesto de partes vinculantes y no vinculantes.
Ahora bien, incluir elementos vinculantes intenta reforzar las políticas climáticas a nivel mundial, además de que busca una mayor participación de corporaciones, inversionistas y otros jugadores. Las metas no son obligatorias per se, pero los países están obligados a preparar, comunicar y mantener sus objetivos, así como perseguir medidas domésticas para lograrlas. De esta manera las expectativas de cada país está enmarcadas y se auxilian de este documento pues se basan en la metodología de implementación que con anterioridad se definió en los pasados acuerdos internacionales.
El acuerdo cuenta con mayores exigencias en la recopilación de datos y tiene algunas modificaciones en cómo medir, reportar y verificar los compromisos de reducción de emisiones. Los países serán requeridos para medir sus emisiones en la misma manera, reportar en la misma frecuencia y formato, y serán verificados a través de un proceso técnico independiente.
Más específicamente, el acuerdo de París incluye un listado de las metas que se buscan lograr en un rango de tópicos que incluyen:
- Mitigación
- Adaptación
- Transparencia y rendición de cuentas
- Finanzas
Algo importante que se debe decir es que los países desarrollados deberán de proveer recursos financieros para apoyar a naciones emergentes, pues los países en vías de desarrollo son los que mayor grado de vulnerabilidad tienen, y en los que hay más población en riesgo. Los recursos que se destinen a éstos tendrán que ser efectivos y podrán evaluarse mediante distintas medidas estipuladas en este mismo acuerdo.
Con estas medidas se definen algunas consecuencias de los posibles incumplimientos de las metas, esto se estipuló para incentivar a los países firmantes a cumplir y elevar sus metas.
Los acuerdos que ya se establecieron fungen de cierta manera como agencias de calificación crediticia para los países que los firmaron. Aun cuando no haya una penalización obvia, aquellos que no cumplan perderán credibilidad, peso en su posición diplomática y confianza con sus pares; todo esto tiene efecto en otros foros, asuntos de relevancia con inversionistas y corporaciones.
Si bien el Protocolo de Kioto y el de Montreal llevan muchos años impulsando políticas ambientales, el segundo buscará reforzar las acciones que pueda aplicar el de Kioto, gracias a este nuevo acuerdo.
La migración tecnológica que se llevará a cabo, se ha definido y tendrá alcances mayores a los que se establecieron hace más de 20 años, pues muchos de los planes que se contemplaron en Montreal han dado resultados más efectivos en las políticas ambientales de los países que lo firmaron, esto según números expuestos en la COP21. Ello lo convierte, según los especialistas, en un gran antecedente del pacto de París, sin embargo los resultados se empezarán a reflejar hasta 2020.
[author ]Jaime Sotelo Gutiérrez
Es ingeniero mecánico administrador, egresado del ITESM, Campus Estado de México. Cuenta con una trayectoria de 12 años en industrias de refrigeración, con experiencia principalmente en Latinoamérica. Actualmente es director de Ventas para Hillphoenix de México.
@Hillphoenixinc[/author]