Rubén Sánchez, Vicepresidente de Business Solutions de LG Electronics México, es un hombre que sabe valorar el tiempo y entiende que todo éxito depende de esfuerzo y dedicación. Aprender cosas nuevas en su vida lo fortalecen y lo hacen valorar cada paso que da hacia la consolidación en su carrera
Por Ipanema Guzmán / Fotografía: Mundo HVAC&R
Rubén Sánchez Fornaguera observa su reloj. Nota que han pasado un par de minutos y, con la precisión que lo caracteriza, pregunta: “¿Es hora de empezar?”. Hace más de 20 años que egresó de la Universidad de las Américas Puebla, graduado como licenciado en Ingeniería Electrónica y Comunicaciones. Desde entonces, su experiencia profesional se ha enriquecido de empresas como Spersa (1991), Hewlett-Packard de México (2000), Dell (2002) y los sectores de Gobierno y Educación. A partir de 2010, comienza un tiempo distinto para Sánchez Fornaguera como Vicepresidente de Business Solutions de LG Electronics México.
Una de las responsabilidades que tiene desde su incorporación es liderar las operaciones comerciales de atención directa al cliente final, es decir, todo proceso comercial fuera del ámbito del mercado de consumo. También es miembro del B2B (Business to Business) Global Advisory Board en LG Electronics Corp.
Su incorporación a LG, asegura, corresponde a dos objetivos: primero, haber sido invitado a abrir una nueva oportunidad de negocios, en donde se desarrollará un criterio de operación en una empresa orientada a la atención del consumidor, y segundo, el hecho de que LG fuera una de las empresas más grandes.
Trabajar en una empresa tan grande en cuanto a sus recursos en México para iniciar un nuevo negocio fue lo que más me llamó la atención, además, LG fabrica sus propios productos y es líder en el mercado profesional y de consumo a nivel global”
A su llegada, el primer reto fue enfrentarse a un sistema de trabajo distinto, donde “la tolerancia es un factor importante. Viniendo de una cultura de trabajo americanizada, crees que esa forma es la más adecuada de trabajar, pero el mundo asiático tiene una dinámica diferente y más eficiente que el otro modelo”, comenta.
Recuerda que lo primero que pasó por su cabeza fue pensar si estaba haciendo lo correcto, afortunadamente sí. A pesar de los retos y el proceso de adaptación, como en cualquier actividad, fue interesante porque tenía experiencia (ya había participado en el mundo de la tecnología y la información de varias maneras, con proyectos grandes, complejos y con clientes muy estructurados). “Sabía que tenía experiencia, pero el punto era encontrar el apalancamiento local en la organización para volver a construir otra experiencia. No había tenido acercamientos con la tecnología de LG, pero sí sabía hacer negocios, estructurar organizaciones, administrar proyectos complejos, manejarme en un ambiente corporativo y lo que hice fue entender quiénes eran los jugadores en los que me debía apoyar, como el presidente para Norteamérica. Cuando él llegó a LG, la organización estaba dividida por regiones y si bien, México era un país con ciertos rasgos de independencia, tenía que ser parte de una región mayor, en este caso Norteamérica. El presidente de esa región fue quien me puso en contacto con gente de LG en Estados Unidos para conocer a detalle cuál era la dirección y expectativas de la empresa, saber qué cosas se podían y cuáles no: fue mi mentor”.
Gracias a ese apoyo, Sánchez Fornaguera encontró los espacios para construir una historia dentro de LG. El primer año logró cosas diferentes, inició esta unidad de negocio con establecer procesos y reglas para que se empezará a operar de forma estructurada y consistente, ya que esta unidad nació con “pedacería” de otras áreas debido a que al inicio la empresa no buscaba gente con experiencia y capacidad para el manejo de proyectos con clientes finales. Posterior a ello, comenzaron a reestructurar la ideología de la división con un modelo en el que se pusiera como target al mercado corporativo, con un ritmo distinto, con otra estructura y atención al cliente. Empezaron a colocarse y a tener apoyo, cambiaron la organización, prácticamente hicieron borrón y cuenta nueva. “Estamos mucho más estabilizados y como siempre, nunca se acaba y hay que progresar, pero ahora todo está más entendible y de forma más estable”, celebra el ingeniero.
Una fortaleza de LG es su labor en el mundo del consumo y el impacto en el mundo corporativo: muchos de los productos que se usan en el corporativo son probados inicialmente en el mundo del consumo para madurar características de funcionalidad, eficiencia y confiabilidad; según estimaciones del vicepresidente, los productos que ofertan tienen un margen de error de 0.5 por ciento. “Hace unos años sacamos un teléfono LG Flex, un teléfono celular curvo cuya carcasa y pantalla estaban compuestas de polímeros y algunos componentes internos, como la batería, que permitían cierto rango de flexibilidad, por lo cual lo podías aplastar y recobraba su posición; la cubierta trasera, si se rallaba con el uso, al momento de ponerlo en contacto con tu cuerpo se regeneraba después de un tiempo. Esos plásticos son ahora usados en los recubrimientos interiores de autos, los plásticos de las puertas y el tablero. Poder tener un mercado masivo importante, como es el de consumo, para trasladar el conocimiento de experiencia a un mercado más selectivo, como la parte corporativa o empresarial, es muy interesante y pocas empresas lo pueden hacer”.
Actualmente, LG está entrando en una etapa importante con el desarrollo de tecnología en la parte corporativa para apoyar la generación de negocios. Y en esta etapa, Rubén Sánchez tiene objetivos cada vez más ambiciosos. Pese a ser apenas seis años desde su integración a LG, ya el Vicepresidente de la Unidad de Soluciones de Negocio ha tenido tiempo de adaptarse, consolidarse y comenzar a cosechar éxitos.
Siempre supo que entrar a LG representaría probar que podía atender a clientes y alcanzar los objetivos meta que se había planteado; por ejemplo, alcanzar el 10 por ciento en facturación de LG México vendiendo al mercado corporativo, porcentaje que estuvieron cerca de alcanzar en 2015. “Ya sabemos que se puede llegar al objetivo, ya lo probamos. Ahora perseguimos un objetivo mucho más ambicioso y estratégico y esto tiene que ver mucho con la definición de la organización y la división a largo plazo. Hay diferentes etapas y la siguiente, tal vez, es incursionar en productos nuevos”.
Respecto a esto último, Sánchez Fornaguera asegura que, más que entender la condición de “fabricante”, habilitar capacidades especiales de logística y servicio ha sido un punto clave en su desarrollo.
Entender que hay condiciones con las cuales debemos vivir, por ejemplo, que un sistema de aire acondicionado sea producido en Corea, así como los procesos de logística para que sea trasladado y las previsiones que debemos de tomar en México para cumplir con las condiciones de entrega y servicio posventa a nuestros clientes ha sido trascendental”
Los sistemas de aire acondicionado central aportan el porcentaje de facturación más robusto de la unidad de negocios, el cual asciende a 60 por ciento del total. Por ello, afirma, en climatización están incursionando con nuevas propuestas de chillers, paquetes y sistemas autocontenidos. “De esos productos se están haciendo diseños específicos para México, dado que sí bien existían, cumplían condiciones de otras regiones geográficas, mas no necesariamente lo que el mercado mexicano requiere, por lo que se hicieron algunas redefiniciones para adecuarlos”.
Agrega que la otra parte del negocio está enfocada en sistemas para display e información: pantallas de amplio formato para lugares públicos y sistemas de televisión profesional para hotelería y hospitales: equipos que, de hecho, pueden administrarse con un nodo de red y tienen funcionalidades similares a los equipos de consumo, como Smart TV, pero con especificaciones de seguridad robustecidas para operar en un ambiente corporativo. “Estos productos permiten controlar y administrar en forma genérica, o bien, de forma particular la información que se envía a los diferentes clientes, ya sea gente que está en un hotel o transeúntes en un centro comercial dependiendo del objetivo que tenga el proveedor de servicios”. Esa es la responsabilidad de Rubén Sánchez, quien comenta que la estructura de LG busca cubrir varios frentes desde una gran empresa: “Digamos que soy responsable de tres empresas dentro de LG México: sistemas de aire acondicionado central, sistemas de televisión profesional y sistemas de señalización digital. Esas tres son mis responsabilidad”.
En un tono más íntimo, Sánchez Fornaguera relata que no sólo se dedica a su trabajo. También es un hombre comprometido con sus hijos, su persona y sus clientes. De hecho, su meta radica en tener un equilibrio. “Definiría como éxito poderme sentir satisfecho en la parte profesional y afectiva. El día que pueda conseguir eso sería exitoso y no se trata de lo económico, sino del balance. En la medida que puedas tener la capacidad de tener inteligencia emocional, la vida te va a empezar a ser más sencilla y podrás encontrar el éxito que buscas de una manera más fácil”.
Sabe que para todo hay un tiempo. Hoy considera que el siguiente sendero para alcanzar el éxito es seguir aprendiendo, a cada paso, de cada negocio. “Mi ideal sería levantarme, arreglarme, no tener que ir a las oficinas de LG; más bien, ir a ver a clientes y poder aprender sobre el negocio de cada uno de ellos para poder tener una perspectiva de sus retos y particularidades. Aprender siempre es algo bueno en mi vida”.
Dicho esto, mira nuevamente su reloj; el siguiente compromiso está en puerta. Ha sido breve el tiempo dedicado a esta entrevista. “Mucho queda por decir”.