El desarrollo tecnológico actual demanda nuevas formas de comunicación, como lo es la interconexión digital de los objetos que acompañan la vida cotidiana y profesional, y que existe gracias al IoT y sus diferentes aplicaciones
César Ulises Treviño
El Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés) es una imparable revolución digital que está transformando la manera en que la información es compartida, potenciando la creación de soluciones cotidianas globalizadas. Este fenómeno surge a partir del intercambio continuo de datos y valores a través de la red para generar resultados y, en consecuencia, la toma de decisiones. La innovación en este flujo de información entra en juego cuando estas transacciones de información se manifiestan ante la interacción humano-objeto o incluso objeto-objeto, dependiendo de los estímulos a los que son expuestos.
Su propósito es establecer conexiones de mayor calidad entre las personas y las cosas, para así aumentar significativamente la calidad de vida, prevenir riesgos y potenciar resultados. Dentro del ámbito económico y empresarial, esta tendencia provee una sencilla estandarización de servicios, una veloz automatización de procesos y el fomento de las interconexiones remotas.
De acuerdo con los datos de la empresa de tecnología Intel, el número de objetos inteligentes que se conectan a la red y comparten información incrementa a una velocidad impresionante: de los 2 mil millones conectados en 2006, se espera que la cifra aumente hasta los 200 mil millones estimados para 2020. Desde teléfonos celulares, ropa, calzado, electrodomésticos, entre otros objetos. Además, se estima que para ese año habrá 26 objetos inteligentes por cada habitante del planeta.
El IoT o cuarta revolución industrial (también llamada Industria 4.0) es una metodología a la que cada día más empresas se están adaptando, a la par que se consolida con otros movimientos tecnológicos como el Big Data, la ciberseguridad, la información en la nube, entre otros. Contrario a lo que se piensa, la mayoría de los objetos conectados a la red no son empleados por usuarios independientes, sino por empresas, mismas que aprovechan la facilidad de esta transformación reciente para acelerar sus procesos, cadenas de suministro y herramientas.
La industria es el rubro con mayor porcentaje de objetos interconectados en su operación, abarcando 40 por ciento del total, seguido del sector de salud con 30 por ciento, mientras que el tercero y cuarto lugar lo ocupan los segmentos de la seguridad y del retail, respectivamente.
Conexión inmobiliaria
Dentro del sector de la construcción, el IoT se convertirá gradualmente en un imperativo. Esto será posible gracias a los beneficios que provee como el consumo inteligente de recursos, el aumento del sentido de pertenencia en el ocupante, la creación de nuevas oportunidades económicas y guías para nuevos proyectos que combinen ecotecnologías y, gradualmente, el asentamiento de bases sólidas para el desarrollo de las denominadas ciudades inteligentes o smart cities.
Los edificios que integran sistemas interconectados en su operación han creado soluciones basadas en las necesidades y hábitos de los ocupantes. Cabe destacar que, debido a la naturaleza y tamaño de cada proyecto, los sistemas de automatización varían para cada uno y pueden o no tener conexión entre ellos.
Algunas de las innovaciones que se han incorporado a los inmuebles son:
- Sensores de ocupación que adaptan la climatización del área con base en el número de usuarios en cada momento
- Óptimo aprovechamiento de fuentes renovables de energía in situ, como la solar fotovoltaica y la reutilización de recursos, como las aguas grises y pluviales
- Configuración del encendido y apagado automático del equipo a lo largo del día, para minimizar el consumo de energía con sensores presenciales, además de la iluminación regulada que cada ocupante modifica mediante su teléfono móvil
- Equipos de aire acondicionado y ventilación que monitorean la calidad del aire y notifican al usuario cuando debe aplicar mantenimiento preventivo. Se puede obtener un ahorro de hasta 10 por ciento al incorporar sistemas de este tipo que basan su funcionamiento en las preferencias y comportamiento de las personas. Incluso, se podría reducir un 10 por ciento adicional al considerar más variables, como las temperaturas pronosticadas para verano o invierno
- Dispositivos móviles integrados y conectados con los sistemas de gestión que facilitan la movilidad y trabajo remoto de los empleados
- Máquinas que alertan de problemas en su rendimiento, a fin de realizar un adecuado mantenimiento preventivo
- Dispositivos especializados en el sistema hidráulico que permiten detectar fugas, inundaciones o problemas de abastecimiento
- Reducción del 10 hasta el 35 por ciento del consumo en electricidad al aprovechar la energía mecánica generada por los motores de los elevadores conectados a la red eléctrica
La recopilación y análisis de los datos mencionados anteriormente permiten entrever un panorama, en el cual los propietarios y accionistas inmobiliarios pueden realizar gestiones más acertadas con base en datos históricos y en tiempo real de los proyectos. El fácil acceso y la condensación de la información posibilitan desarrollar revisiones de diversa complejidad acerca del rendimiento del edificio. Con esto se analizan notas generales de consumo y sostenibilidad específicas, para la posterior implementación de mejoras en instalaciones y medidas. Toda esta información posibilita un escenario mucho más claro en materia de reducción de costos y una preparación para la planificación de futuros proyectos.
Edificación en tiempo real
El Green Business Certification Inc. (GBCI) es un organismo distinguido mundialmente que reconoce la excelencia en prácticas sustentables a nivel global. Recientemente, ha creado una plataforma denominada ARC, cuyo propósito es visualizar en tiempo real el desempeño operativo de los edificios, identificando áreas de oportunidad y crear un benchmark a partir del intercambio de datos con otros inmuebles.
Esta herramienta se conecta a los sistemas de monitoreo de diversos rubros del edificio para alimentarlos de manera automática o manual, con ayuda de un tablero de visualización que puede utilizarse en cualquier proyecto inmobiliario. El protocolo de comunicación y la escala de medición con los que opera esta tecnología son compatibles con los criterios de evaluación de la Certificación LEED en su modalidad Operaciones y Mantenimiento. Esto abre la posibilidad de certificación o recertificación de ese reconocimiento. Asimismo, se conecta con otros sistemas de certificación, como el WELL Building Standard o el GRESB, para cuantificar el impacto ecológico final del entorno construido.
Las categorías de medición son energía, agua, residuos, transporte y experiencia humana, en la que Arc exhibe una calificación que va de 1 a 100. Así pues, se otorgan niveles de excelencia en sustentabilidad, conforme a la puntuación obtenida. Los resultados conservan los niveles de reconocimiento LEED y se premian con el título de Certificado, Plata, Oro y Platino, según la calificación.
Al estar directamente ligada a los sistemas del edificio, el puntaje mostrado informa acerca de su rendimiento en tiempo real, por lo que la calificación puede aumentar o disminuir, si el software detecta alguna variación en el desempeño.
Además de conectarse con todos los sistemas del inmueble, Arc toma en cuenta la experiencia de los ocupantes y el entorno del recinto; adicionalmente, realiza pruebas en sitio para cuantificar la cantidad de compuestos orgánicos volátiles totales. También es necesario levantar encuestas a los usuarios acerca de su experiencia en el inmueble y la manera en que llegan a éste.
Actualmente, hay muchas ciudades y comunidades que están participando en ejercicios de medición de indicadores de sustentabilidad en tiempo real mediante esta plataforma, de acuerdo con el U.S. Green Building Council. En Latinoamérica, el primer proyecto donde se implementó fue en las oficinas de Bioconstrucción y Energía Alternativa, en octubre del 2016. Esto marcó un hito en la región.
Arc, en este sentido, conecta el IoT con la sustentabilidad, para crear instrumentos de vanguardia que faciliten la toma de decisiones por parte de los agentes inmobiliarios. El objetivo es incrementar el sentido de pertenencia y productividad de las personas, transformar las reglas del mercado y hacer del ahorro energético y de los recursos una práctica estandarizada que redundará en beneficios para el planeta. De igual manera, estos componentes aseguran una reducción de costos y un impacto moderado en el ciclo de vida del edificio. Al mismo tiempo, conecta y multiplica los beneficios, lo que aportará soluciones relacionadas con la educación, movilidad, economía, seguridad, industria y vivienda, a fin de crear ciudades inteligentes.
[author ]César Ulises Treviño
MSc LEED Fellow y director general de Bioconstrucción y Energía Alternativa, empresa consultora pionera y líder en el mercado latinoamericano de Edificación Sustentable y Certificación LEED®[/author]