El auge del IoT y el análisis de datos permitirán que más dispositivos puedan estar interconectados en un futuro cercano
Redacción, con información de Schneider Electric
La revolución digital avanza en todos los sectores. Hogares, edificios e industrias están cada día más conectados y en los próximos cinco años se espera que haya más de 50 mil millones de dispositivos en red gracias al auge del Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés).
A nivel de datos y según la empresa analista IDC, en 2011 el planeta generó alrededor de 1.8 zettabytes (ZB) de información (equivalente a 1.8 trillones de gigabytes), cantidad que podría llenar 57 mil 500 millones de tabletas de 32 GB.
Para 2020, está previsto que se generen 20 veces más datos, alcanzando los 40 ZB, lo que implicará una mayor demanda de servicios en la industria de análisis de la información y una necesidad sin precedentes de hacer uso de ellos para obtener mayores beneficios.
Así, el panorama del sector residencial comienza a avanzar hacia una nueva era. La conectividad entre los dispositivos y electrodomésticos apunta a ser una realidad y se espera que, en un futuro no muy lejano, cada hogar pueda ser vitrina de las soluciones tecnológicas en el mercado inteligente.
En esta evolución tecnológica, Schneider Electric, especialista en gestión de energía y automatización, predice cinco aspectos para la casa del futuro:
- Energía: Llevar el control de la iluminación desde un dispositivo móvil es una de las soluciones más próximas relacionadas con la automatización. Incluso será posible medir el nivel de consumo de electricidad durante el día, lo cual se reflejaría en un mayor control del gasto energético, una excelente noticia para el medioambiente y el monto total de las facturas. Para que esta solución sea de mayor vanguardia, son necesarios los sensores que activen la luz cuando una persona entra a una habitación.
- Audio: Esta opción ya es mucho más común. Conectarse a las plataformas musicales sincronizadas con el sistema de audio en casa, desde una aplicación instalada en un smartphone, es ya una herramienta accesible. También está la posibilidad de usar dispositivos que reproduzcan música de manera independiente, en cada una de las habitaciones.
- Seguridad y vigilancia: Un videoportero permite saber quién está tocando a la puerta, aunque uno no se encuentre en casa. Esto es posible mediante aplicaciones que se instalan en teléfonos celulares y tabletas, las cuales permiten tener control de los accesos o, incluso, activar una alarma cuando un sensor detecta actividad considerada anormal. Para esto, no es necesario una cámara de vigilancia ostentosa o la instalación de un monitor de grandes dimensiones, basta con un lente que se conecte, vía Wi-Fi, para convertirse en el próximo vigilante en casa.
- Electrodomésticos: Algunas empresas ya fabrican electrodomésticos inteligentes, de tal forma que puedan ser programados desde un dispositivo móvil. Otra opción son los televisores que permiten activar el control para menores y así evitar que se vean con contenidos no recomendables para ellos. De igual forma, es posible programar grabaciones, o enviar una señal para que el dispositivo se prenda o apague en algún horario específico.
- Protección contra siniestros: Al salir de casa, ¿cuántas veces uno se pregunta si la llave del gas se quedó abierta? Asegurarse de que estas conexiones estén apagadas, o bien, poder apagarlas sin importar que uno no esté presente en el lugar será una gran medida preventiva.
Además de estos pronósticos, el monitoreo remoto de las actividades en casa, el control de la temperatura, el bloqueo de puertas y ventanas para cuando estamos fuera durante el día o al salir de vacaciones, así como las notificaciones de ciertos productos que están por terminarse o caducar dentro del refrigerador, son otras de las ventajas que brinda esta tecnología.
Sin duda, la vanguardia en la conectividad permite abarcar un panorama amplio de todos los dispositivos que podrían conectarse y que se convertirán en los mejores aliados de un hogar inteligente en un futuro que, parece ser, ya no resulta tan lejano.