Un estudio realizado por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) y publicado recientemente en la revista Nature, afirma que existe un “misterioso aumento” en los niveles de clorofluorocarbonos (CFC-11) en la atmósfera terrestre que podría significar un retraso en la recuperación de la capa de ozono de hasta 30 años.
Los CFC-11 eran utilizados en frigoríficos viejos, aerosoles y solventes. A mediados de los 90, la mayoría de países desarrollados prohibieron su producción y en 2010 el resto del mundo siguó los mismo pasos, debido a sus efectos dañinos sobre la capa de ozono. Pese a esto, la producción de sustitutos eficientes para estas sustancias aún es muy costosa y difícil para algunos países.
La investigación reveló que, desde hace seis años, el proceso de disminución de emisiones de sustancias químicas prohibidas se ha visto mermado hasta en 50 por ciento. Durwood Zaelke, fundador del Instituto para la Gobernabilidad y el Desarrollo Sostenible señaló que “existe una pequeña posibilidad de que haya una liberación involuntaria, pero… [los datos] dejan claro que hay pruebas contundentes de que en realidad alguien se está saltando las reglas”.
De acuerdo con los investigadores, los datos recopilados apuntan de “forma bastante clara” a una producción ilegal de CFC-11 procedente del este de Asia, pero habrá que esperar a que esta región revise y reporte los resultados de sus mediciones para hacer algo al respecto.
Fuente: BBC