Si bien subestimada, mantener una humedad relativa entre el 40 y el 60 por ciento en los hospitales puede ser una herramienta efectiva y rentable para disminuir la propagación de microorganismos y, por lo tanto, de los contagios intrahospitalarios
Rosendo Paredes
Según la definición estándar, una infección nosocomial intrahospitalaria o Infección Asociada a la Atención de Salud (IAAS) es aquella que fue adquirida por un paciente durante su estancia en un hospital que no poseía antes de su ingreso ni estaba en período de incubación.
Esta patología es considerada un serio problema económico; no sólo por los costos que representa para los seguros y la asistencia social, sino porque tanto para los hospitales y propietarios particulares, como para las instituciones sociales y estatales, determina procesos legales de indemnización, pérdida de prestigio y de clientela y, en consecuencia, una gran afectación a la economía de las personas y de los centros de salud.
Por supuesto, es necesario comprender las implicaciones que las IAAS tienen en las personas. Una enfermedad causada por una institución hospitalaria va en detrimento del paciente, ya que puede representar, además del impacto físico y psicológico del momento, secuelas irreversibles orgánicas y funcionales, pérdida de órganos y, en última instancia, hasta la vida. También producen un impacto social, emocional y económico para la familia, interminables procesos legales, disminución del salario y de los ingresos familiares, entre otras problemáticas derivadas.
Para los hospitales, las consecuencias derivan en costos por el incremento de días de estancia por paciente, exámenes de laboratorio, medicamentos, dispositivos, cultivos, procedimientos y estudios.
Como advierte el infectólogo pediatra Víctor M. Pérez Robles en su artículo “Costo-Impacto económico de las infecciones nosocomiales”, publicado por el Hospital Infantil de México Federico Gómez, se calcula que cada día más de 1 millón 400 mil personas en todo el mundo sufren de una infección adquirida en un hospital. En países en vías de desarrollo las tasas de infecciones pueden superar el 20 por ciento.
En el caso de México, se registraron 37 mil 258 casos de estas infecciones en 2016, lo que implicó un gasto aproximado de 160 millones de dólares, es decir, casi el 2 por ciento del presupuesto total asignado en ese año a la Secretaría de Salud. Las infecciones nosocomiales, además, representan un exceso del 56 por ciento en el costo total de hospitalización, según la Coordinación de Comunicación Social del Senado de la República.
El diagnóstico
La Organización Mundial de la Salud (OMS) enlista los factores que influyen en la manifestación de las infecciones nosocomiales: exposición a una gran variedad de microorganismos, vulnerabilidad del paciente, resistencia bacteriana a los medicamentos y factores ambientales.
Las precauciones recomendadas para aislamiento dependen de la vía de transmisión. Éstas pueden ser:
- Infección transmitida por el aire. La infección suele ocurrir por vía respiratoria y el agente está presente en aerosol (partículas infecciosas < 5μm de diámetro).
- Infección por gotitas. Las gotitas de mayor tamaño (>5 μm de diámetro) transmiten el agente infeccioso.
Estudios han revelado que del 10 al 33 por ciento de todas las infecciones intrahospitalarias se mueven a través del aire. La infección puede transmitirse a corta distancia por medio de gotas grandes y a distancias mayores por los núcleos de gotitas producidos al toser y estornudar.
La Guía Práctica para la Prevención de las Infecciones Nosocomiales de la OMS advierte que las actividades como barrer, limpiar el polvo con trapeadores o paños secos, así como sacudir la ropa de cama pueden crear partículas en aerosol que contengan microorganismos. Estos pueden transmitirse por el aire durante la evaporación de gotitas de agua de las torres de refrigeración de los sistemas de acondicionamiento de aire o formar aerosoles en la ducha que se dan los pacientes, y luego ser inhaladas por las personas expuestas al riesgo de infección.
De igual forma ciertas bacterias, en general, se originan en la piel en donde son generadas por la descamación de una lesión cutánea infectada. A pesar de que las escamas de piel contaminada no se mantienen suspendidas en el aire por mucho tiempo, las bacterias suelen encontrarse en el aire solamente cuando guardan relación con aerosoles de líquidos contaminados.
Todas las gotitas, lanzadas desde de las vías respiratorias superiores infectadas, pueden contener una gran variedad de virus y microorganismos, por lo que muchas infecciones pueden propagarse por esa vía. En la mayoría de los casos, se propagan por gotas grandes que raras veces se desplazan a más de unos metros del paciente considerado como foco de infección. Sin embargo, hay patógenos que pueden transmitirse a grandes distancias en núcleos de gotitas.
El tratamiento
Algunos estudios revelan una correlación directa entre la reducción de las infecciones asociadas a la atención médica y una humedad interior superior al 40 por ciento.
Así lo probaron los doctores Stephanie Taylor y Walter Hugentobler, autores del estudio “La baja humedad interior es un factor determinante de las infecciones asociadas a la asistencia sanitaria”. La investigación tomó muestras de 370 pacientes durante un lapso de 14 meses. Las comunidades microbianas de los sujetos de prueba se recopilaron, midieron y mapearon mediante cuantificación de ADN. Las muestras se obtuvieron de la piel del paciente y del personal; en el edificio, muebles, equipos médicos fijos y móviles, así como de los microbios presentes en la extracción de aire acondicionado en las habitaciones de las personas. Asimismo, las condiciones del edificio interior se monitorearon mediante mediciones continuas y directas de la temperatura ambiente, humedad relativa (HR), concentraciones de CO2, iluminancia y ocupación. Por último, se evaluaron más de seis mil muestras microbianas y se analizaron 8 millones de datos controlando cada variable.
Los resultados mostraron que las infecciones intrahospitalarias se asociaron inversamente con los niveles de HR como una variable independiente en las salas de atención al paciente. Es decir, a menor humedad relativa mayor número de pacientes con IAAS.
Con el análisis genético, se descubrió que la mayoría de los microbios no están muertos, simplemente están inactivos mientras esperan una fuente de hidratación, es decir, humanos cuya composición básica sea 60 por ciento de agua. Esto genera el comienzo de un ciclo infeccioso.
La investigación concluyó que de todos los parámetros ambientales, la humedad interior es el factor más determinante. Los datos evidenciaron que una humedad relativa por debajo del 40 por ciento está asociada con una mayor prevalencia de pacientes con infecciones intrahospitalarias.
Taylor y Hugentobler destacan que, además de los protocolos de higiene estándar actuales, mantener en los hospitales una humedad relativa entre 40 y 60 por ciento puede ser una herramienta efectiva y rentable, pero subestimada, para disminuir la propagación de microorganismos infecciosos y las infecciones intrahospitalarias, mejorar el tiempo de recuperación del paciente y disminuir la duración de la estadía en el hospital (Figura 3 y 4).
La dosis
Si el ajuste de humedad relativa de una habitación es de un 20 por ciento, una persona promedio se deshidrata clínicamente en 8 horas, incluso antes de que comience la sed.
Tener una HR entre 40 y 60 por ciento también ha demostrado mejorar la cicatrización de tejidos manteniendo las capas epiteliales intactas; reforzar el sistema inmunológico para disminuir las alergias e infecciones, además de conservar sanas las mucosas, ojos, nariz, garganta y senos paranasales. En los pacientes pediátricos ha manifestado equilibrar el delicado balance de fluidos.
En un estudio posterior la doctora Taylor expuso que el costo excedente por concepto de las IAAS superó los 15 millones de dólares anuales en 2015 para un hospital con un volumen de 250 camas (Figura 6). Estos datos fueron obtenidos por la Asociación de Profesionales en Control de Infecciones y Epidemiología.
En el aspecto económico mantener la humedad relativa entre un 40 y un 60 por ciento también beneficia a los profesionales de la administración hospitalaria ya que, por ejemplo, instalar un sistema de humidificación a gas (la tecnología más rentable por el menor costo de insumos y mantenimiento en comparación a los humidificadores eléctricos debido a su capacidad de bajas emisiones al ambiente) representa un retorno de inversión del 500 por ciento en el primer año, alcanzando el punto de equilibrio en los cuatros primeros meses del año.
En conclusión, es importante concientizar acerca de las implicaciones que las infecciones intrahospitalarias tienen para las personas, los sistemas públicos de salud, así como el costo de oportunidad que representa para el sector privado. Es crucial reconocer que, a pesar de las mejores prácticas y apego a los protocolos de higiene, no se reducirán las IAAS hasta que no se acote la transmisión de estos pequeños aerosoles infecciosos por medio del control de la humedad relativa.
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Rosendo Paredes
Apasionado en brindar soluciones de humidificación. Actualmente es gerente de ventas en Condair Latam, donde ha aprendido cómo la humedad relativa ayuda en diferentes sectores: hospitalario, alimentos, automotriz, farmacéutica, etcétera.