La empresa líder en soluciones sustentables para la distribución de aire festejó su 46 aniversario en compañía de colaboradores, socios, clientes y amigos, todos ellos una parte integral de la historia y logros de la familia Namm
Ricardo Donato / Fotos: Mundo HVAC&R
El Faro del Comercio, el emblemático obelisco naranja que se levanta en el centro de la Macroplaza, iluminaba la noche regiomontana. El gran logo resplandeciente de “46 años/Namm Contigo 1976-2022” era la señal que marcaba el lugar para la celebración del 46 aniversario de la compañía.
El majestuoso Casino Monterrey fue el espacio elegido para consentir a las decenas de colaboradores, clientes, socios, amigos y familiares de Grupo Namm que acudieron al evento. Coctelería refrescante, tablas de carnes frías, bocadillos, vinos tintos y espumosos, fueron parte del menú con el que la compañía consintió a los invitados.
En punto de las nueve de la noche, el ingeniero Arturo Medellín Milán, fundador y director General de Grupo Namm, subió al templete para agradecer la presencia del respetable. Acto seguido, realizó un breve repaso por la historia y los éxitos de una de las empresas líderes en soluciones de alto desempeño para el movimiento del aire en México.
NAMM, SINÓNIMO DE CALIDAD
La génesis de Namm es inseparable de la historia personal del Ing. Medellín Milán, quien estudió Ingeniería Mecánica y Electrónica en la Universidad de San Luis Potosí. Luego de graduarse en 1962, el joven ingeniero cursó una especialización en aire acondicionado en Estados Unidos. Después viajó al extranjero donde adquirió experiencia en finanzas; asimismo, diseñó productos de extracción de aluminio durante varios años. “La verdad es que mi formación ha sido muy completa. Todas esas experiencias me facilitaron el camino”, aseguró el Ing. Medellín Milán en entrevista con Mundo HVAC&R.
Namm nació formalmente en 1976, en Monterrey, Nuevo León, donde el ingeniero llevaba viviendo 10 años. Originalmente se fundó con tres socios. Uno de ellos era el ingeniero Carlos Narváez, un empresario de Estados Unidos, quien venía de poner una compañía en Estados Unidos y de constituir varias sociedades en México sin demasiado éxito. Narváez contactó al Ing. Medellín Milán y a un amigo suyo para incursionar en un nuevo proyecto empresarial.
“A mí me invitaron porque mi formación iba muy acorde con la tecnología, diseño y fabricación de productos. Empecé como consejero y estuve asesorándolos sin ninguna expectativa de negocio, simplemente por ayudarlos a despegar. Viendo mis conocimientos y mi inclinación por las tecnologías, de las que sabía más que nadie, me invitaron a ser parte del negocio”, narró ante el público el Ing. Medellín Milán.
La compañía inició sus operaciones en un local de 180 metros cuadrados donde se fabricaban frentes de aire lavado, rejillas y aparatos tipo ventana. Fue el Ing. Medellín Milán quien le agregó una “m” extra al nombre de la compañía para que fuera más fácil de recordar en el extranjero: “Dos años después, cuando me dediqué por completo a la empresa, mis socios me vendieron sus acciones. De ahí en adelante quedó como una empresa familiar”, rememoró el entrevistado.
Desde entonces, el crecimiento de Namm ha sido meteórico. Para 1981 ya producía sus primeros diseños de rejillas; en 1985 inició la exportación de productos para prisiones de alta seguridad en Estados Unidos; en 1988, llegó su primera patente de un difusor lineal; en 1995, Namm diseñó el primer louvre industrial HL445D, mientras que en 2007 desarrolló las patentes de utilidad y diseño industrial del sistema Termotransfer®, recontó en su discurso el Ing. Medellín Milán.
“La mayoría de los fabricantes del país copian las patentes de la competencia. Namm nunca fue con esa política y se enfoca desarrollar su propia tecnología y diseños. En este afán de hacer las cosas bien, hemos crecido como ninguna otra empresa en México. Contamos con laboratorios de certificación para desarrollar productos de calidad que compitan con los de cualquier otra en el mundo. Sobre esta base debemos seguir creciendo en el futuro”, remachó el Ing. Medellín Milán.
En 2012, esta filosofía rindió sus frutos cuando se convirtieron en el primer fabricante mexicano en contar con 10 louvers certificados por la Asociación Internacional de Control y Movimiento del Aire (AMCA). En el 2015, además, fueron los primeros en elaborar productos modelados en Revit. Su último gran logro es la creación Airkitek, la nueva marca de Grupo Namm que atenderá el mercado de Estados Unidos y otros países.
LA GRAN FAMILIA NAMM
Pero quizá el mayor hito de Namm llegó hace dos décadas, cuando las hijas del Ing. Medellín Milán se incorporaron a la compañía. La primera fue la licenciada Alejandra Medellín Peña, actual directora Comercial de Namm, quien describió así su experiencia: “Me uní en el 2001, al departamento de Recursos Humanos. La intención era conocer a fondo cada una de las áreas del corporativo. Después me fui al extranjero, pero regresé en el 2003 al área de ventas. Sentí que era donde más podía aportar porque las ventas son el motor para que crezca un negocio. Ha sido un camino muy satisfactorio, bastante divertido y retador en lo personal”.
Un año después, en el 2004, llegó el turno de la licenciada Carla Medellín, quien se unió al departamento de compras y ventiladores. Su llegada coincidió con la formación de Grupo Namm, desde entonces una empresa especializada en tecnologías para el movimiento del aire, la ingeniería creativa, el diseño y la fabricación de soluciones eficientes para ventilación funcional: rejillas, difusores, compuertas, louvers industriales y arquitectónicos, ventiladores, etcétera.
“Grupo Namm es el trabajo de toda una vida, el de mi padre. Ha sido su proyecto, claro, siempre apoyado de más gente. Le ha puesto mucha dedicación, pasión y entrega. Es algo lindo formar parte de este proyecto y poder estar con él tanto tiempo”, comentó Alejandra Medellín en entrevista con Mundo HVAC&R.
Emocionado, antes del brindis de honor, el Ing. Medellín Milán, expresó que compartir los éxitos de la compañía con su familia ha sido lo mejor de su vida: “Grupo Namm ha hecho que mis hijas y yo estemos permanentemente juntos. Eso ha sido lo más hermoso. Las empresas familiares surgen por el gusto, el conocimiento y las experiencias del fundador, y ya los hijos a veces se acoplan y les gusta, o a veces no. En mi caso tuve la fortuna de que a mis dos hijas les haya gustado. Si no fuera por Namm, cada quién hubiera tomado su camino. Por mi parte, yo me he divertido y sigo muy contento haciendo este trabajo”.
La familia Medellín ha sabido transmitir este entusiasmo y pasión al resto de sus colaboradores, sin duda el activo más grande de Grupo Namm. Su fundador no escatimó en reconocerles su esfuerzo en medio de un festejo que llegó a su culmen con música clásica en vivo, copas de champagne y risas de complicidad entre los invitados: “Nuestra máxima prioridad es que la gente pueda cumplir sus sueños con prestaciones superiores a las de la ley y los mejores salarios de la región. Esto ha contribuido mucho a que tengamos un grupo de gente muy comprometida. Apoyar a nuestros colaboradores nos ha traído dividendos muy fuertes”, concluyó el Ing. Medellín Milán.