En un escenario de incertidumbre económica, la gestión del gasto empresarial se devela como una práctica idónea para optimizar el presupuesto de una compañía
Jonathan Porta
En medio de las presiones inflacionarias que se expanden en el mundo entero, las empresas buscan reubicar sus centros de manufactura en nuevos sitios que les ofrezcan ventajas competitivas para desarrollar sus actividades.
Cabe recordar que las cadenas de suministro repercuten en las presiones inflacionarias. Asimismo, están detrás de la nueva alza de 75 puntos base a la tasa de referencia de la FED de Estados Unidos (para dejarla en un rango de 2.25 y 2.50 por ciento),
Si a lo anterior se suman las repercusiones por la escasez de materias primas y mano de obra, además de los cuellos de botella en el transporte y la incertidumbre que genera el aumento en los nuevos casos de covid-19 y sus variantes, es muy probable que se mantengan las afectaciones a las supply chains en los próximos meses.
Podemos anticipar que, ante esta situación, las tareas globales de logística y las cadenas de suministro deben estar atentas a las nuevas condiciones del mercado, a fin de adecuarse a los cambios y generar resiliencia. Por ello, resulta fundamental manejar, de forma eficiente, los recursos financieros, optimizándolos y sacándoles el mejor provecho para su operación.
En este sentido, la gestión del gasto empresarial es una práctica que involucra el análisis de la forma en la que una compañía distribuye sus recursos económicos para adquirir insumos, comprar tecnología, cumplir con sus compromisos de nómina y fiscales, además del pago a sus proveedores. Para realizar esta actividad es muy útil el uso de informes físicos y software especializado que ayude a encontrar las áreas en las que se puede redefinir el uso del dinero y destinarlo a otro departamento de la empresa.
¿POR QUÉ ES IMPORTANTE LA GESTIÓN DEL GASTO EMPRESARIAL?
Pese a ser un factor fundamental para la operación, paradójicamente, a veces pasa desapercibido dentro de las empresas. Sin embargo, la distribución del presupuesto es la base de todas las decisiones corporativas. Para el caso de las cadenas de suministro ayuda a definir y mejorar su eficiencia, así como a cumplir con los mandatos del consejo en materia medioambiental, social y de gobernanza.
Sobre este tema existen tres indicadores de la gestión del gasto empresarial que, de acuerdo a sus características y alcances, permiten definir de qué forma se optimiza el presupuesto en una compañía:
1. Proveedores principales. Es el conjunto de suministradores con los que una empresa realiza el 80 por ciento de su gasto.
¿Cómo se puede mejorar? Analice la distribución de compras y otras erogaciones en las categorías de alto valor e identifique a los proveedores pr incipales de cada categor ía. Además, determine cuáles de los demás proveedores pueden ser descartados causando el mínimo riesgo o alteración para su negocio.
2. El indicador de gasto bajo contrato. Mide el porcentaje del gasto realizado mediante contratos negociados, previamente, para conseguir mejores precios y condiciones.
¿Cómo se puede mejorar? Es posible mejorar este punto si se establece una estrategia en la que las categorías que más valor aportan a la empresa se aprovisionen estratégicamente con precios y condiciones acordados.
3. El gasto estructurado. Refiere al porcentaje de compras y erogaciones realizado a través de catálogos alojados por la empresa y por proveedores (punchouts).
¿Cómo se puede mejorar? Se trata de un sistema digital con el que se pueden crear catálogos de proveedores con mínimo esfuerzo para su empresa y para el proveedor.
LA DECISIÓN ES SUYA
Gracias a tecnologías como la nube, el machine learning (aprendizaje automático) y la inteligencia artificial (IA) es posible optimizar y gestionar, integralmente, el gasto empresarial teniendo total visibilidad y control.
En definitiva, implementar de manera adecuada práctica permite aprovechar los recursos económicos de forma más deliberada y estratégica. Adicionalmente, mejora el rendimiento operativo ahorrando tiempo y esfuerzos. Esto libera recursos que pueden dedicarse a labores estratégicas que aportan más valor, además de que reduce el riesgo y enfatiza los aspectos de gobernanza y cumplimiento normativo.
Así, mientras la actividad de las cadenas de suministros atraviesa momentos de incertidumbre (mayor inflación y aumento en las tasas de interés de los créditos), es urgente que las empresas decidan implementar las buenas prácticas en lo referente a la gestión del gasto empresarial, apoyándose también en tecnología a fin de optimizar y ordenar sus erogaciones.
Todo lo anterior sólo para estar preparados para hacer frente al complicado y desafiante panorama económico de los próximos meses.
Jonathan Porta
Ingeniero industrial y en Sistemas de Ingeniería por el Tecnológico de Monterrey.
Cuenta con más de 10 años en la industria del software de TI identificando las
necesidades comerciales de los clientes para combinarlas con soluciones que agregan
valor y brindan resultados medibles a las organizaciones. Actualmente, se desempeña
como Regional VP Sales para LATAM de Coupa.