Las tecnologías frigoríficas que utilizan energía solar, son una alternativa que ayuda a reducir los gases de efecto invernadero y no producen daños a la capa de ozono.
En el año 2007, 191 países involucrados en el protocolo de Montreal firmaron un acuerdo para acelerar la retirada de sustancias peligrosas para el ozono.
Por. Diana Lozano.
Los sistemas de refrigeración son muy demandados en las temporadas en las que se alcanzan altas temperaturas y debido a la cantidad de energía que consumen se pueden producir sobrecargas en la red eléctrica. Por ello, se han generado alternativas ecológicas, como los sistemas de frío solar, que contradictoriamente aprovechan el calor del sol para enfriar el entorno.
En este escenario, científicos de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), diseñaron y construyeron una máquina frigorífica de absorción idónea para aprovechar el calor solar y el calor residual como energía motriz.
La tecnología implementada en estos aparatos es de aspecto similar a la que usan los aires acondicionados convencionales, además minimiza el impacto ambiental al trabajar con bromuro de litio y agua, evitando la destrucción del ozono estratosférico, reduciendo el efecto invernadero y disminuyendo el consumo de agua.
El equipo del profesor Marcelo Izquierdo del Departamento de Ingeniería Térmica y de Fluidos de la UC3M, que construyó un sistema de frío solar, se diferencia de otras máquinas ya existentes en el mercado, ya que posee un absorbedor mejorado, capaz de producir agua fría a 7 o 18°C cuando la temperatura exterior alcanza de 33 a 43°C.
Por otra parte, las conclusiones obtenidas de la investigación con una máquina comercial de absorción condensada por aire demuestran que “a una temperatura exterior entre 28 y 34°C la máquina produce agua fría a una temperatura de 12 o 16°C, con temperatura de alimentación al generador entre 80 y 95°C”, añade el profesor. En estas condiciones, el agua fría producida puede emplearse para climatizar viviendas utilizando un intercambiador de calor agua-aire (fan coil).
Raquel Lizarte, investigadora del departamento de Ingeniería Térmica y Fluidos de la UC3M, dice que “a nivel comercial hay pocas máquinas adaptadas para uso residencial”. Es evidente que no se puede prescindir de la climatización y por absorción esta razón, es necesario encontrar una tecnología frigorífica que minimice el impacto ambiental. “La máquina que estamos estudiando produce agua fría para refrigerar un local de 40 metros cuadrados de área habitable y 120 metros cúbicos de volumen”, agregó.
En el año 2007, 191 países involucrados en el protocolo de Montreal firmaron un acuerdo para acelerar la retirada de sustancias peligrosas para el ozono estratosférico, incluyendo los refrigerantes HCFC usados en la industria de la calefacción y del aire acondicionado. Al finalizar el año 2010 el consumo será limitado en 25%, respecto de los niveles de 1996, y se estima que a partir del 2020 todos los refrigerantes HCFC serán retirados de equipos nuevos en los países desarrollados, de ahí la importancia de innovar en este tipo de tecnologías.
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